Capítulo 36: Cuando la pesadilla se vuelve realidad

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CINCO CAPÍTULOS NOS SEPARAN DEL FINAL *llora* Ya no nos queda nada antes de decirle adiós a estos personajes 😭❤️

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CINCO CAPÍTULOS NOS SEPARAN DEL FINAL *llora* Ya no nos queda nada antes de decirle adiós a estos personajes 😭❤️. Agradezco de corazón a @madonnav19 por acordarse de las notas de autora, por eso la pregunta de la semana: ¿Personaje de su infancia favorito?

 Agradezco de corazón a @madonnav19 por acordarse de las notas de autora, por eso la pregunta de la semana: ¿Personaje de su infancia favorito?

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—¿Estás segura que vendrá?

Hace un buen rato que la última pareja de clientes se había marchado, y a pesar del cartel de cerrado cada minuto me costaba más sostener la mentira de que era una noche común en Dulce Encanto.

—Lo hará —aseguré.

Jade dijo que cuando se lo comentó "casualmente" a Silverio, después de una falsa reconciliación, sus ojos brillaron con la fascinación que aparece cuando estás a punto de alcanzar lo que más deseas.

Él no desaprovecharía esta oportunidad.

Terminé de colocar la última taza en la alacena, pero incluso lavar toda la loza no ayudó a disminuir la ola de energía que no me permitía estar quieta. Caminé de un lado a otro, siendo atacada por un centenar de preguntas que había intentado mantener al margen por el bien de mis nervios. ¿Qué pasaría si Silverio no aparecía o peor aún, si lo hacía de la forma que no me gustaría?

—Preocuparte de ese modo no te ayudará, Dulce —me hizo ver Nael, la voz de la razón, ocupando una de las sillas altas tras la barra—. Silverio no aparecerá de la nada solo por repetirlo en la mente decenas de veces.

Tenía razón, pero eso no evitó que probara suerte. En un mal intento de huir de mi propia voz abandoné mi sitio en la cocina para vagar por el negocio vacío. Frente a la puerta de cristal eché un vistazo a lo largo de la calle, solo comprobé no rondaba cerca ni una alma. Si las cosas seguían así Celia se cansaría de esperar. Todos lo harían.

—¿Por qué no llegas? —me quejé en un murmullo apoyando mi frente. Deslumbrando las luces de los automóviles que pasaban, de mis labios se me escapó un suspiro que empañó el vidrio. Con el fin de ocuparme decidí ir por un trapo para limpiarlo, pero mi camino murió antes de empezar porque apenas me di la vuelta choqué con alguien.

Un dulce y encantador dilemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora