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Estoy tumbada en mi cama, pero algo no está bien. La habitación a mi alrededor se distorsiona, como si estuviera siendo absorbida por una oscuridad impenetrable. Siento el aire volverse pesado, como si estuviera cargado con el peso de mis propios miedos. Mis miedos y preocupaciones se convierten en monstruos en la oscuridad, acechándome desde las sombras de mi mente. Veo figuras retorcidas y distorsionadas moviéndose a mi alrededor, sus ojos brillan con una malicia inhumana.
La habitación se retuerce y distorsiona a mi alrededor, como si estuviera siendo arrastrada a un mundo de pesadilla hecho realidad. Las paredes gotean con una sustancia viscosa y negra, como si estuvieran sangrando. La habitación se transforma en un paisaje surrealista y aterrador. Las sombras se retuercen y se contorsionan, como si estuvieran vivas. El aire está lleno de susurros inquietantes y gemidos de tormento
De repente, la cama se convierte en una masa viscosa que me atrapa, como si estuviera hecha de barro espeso. Intento moverme, pero estoy paralizada por el miedo, incapaz de escapar de este abismo oscuro que se abre bajo de mí.
Siento el peso aplastante de la desesperación mientras luchó por respirar en medio de esta pesadilla viviente. Cada susurro y gemido en la oscuridad parece burlarse de mi angustia, alimentando mis peores temores.
Cuando el agua negra empieza a llenar mis pulmones, siento un pánico paralizante apoderarse de mí. Es como si estuviera siendo arrastrada hacia las profundidades de un abismo sin fondo, condenada a ahogarme en mi propia ansiedad. Grito, pero mi voz se pierde en el vacío, sin eco, sin respuesta.
Cierro los ojos con fuerza, tratando desesperadamente de despertar de esta pesadilla interminable. Pero la sensación de asfixia persiste, envolviéndome en su abrazo mortal. Es como si estuviera atrapada en un infierno personal, condenada a luchar contra mis propios demonios.
