Epílogo

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Narra Min-Joon

Me quedó mirando el mar que está frente a mis ojos, suspiró tomando asiento en la arena. Giró mi cabeza mirando hacia la casa que está atrás, vuelvo mi mirada al frente comenzando hacer algunos trazos en la arena.

—¿Qué pasa campeón?— pregunta mi padre sentándose a mi lado.

Lo  miró, tal vez debo contarle lo que le pasa, puede que me ayude con esto que estoy sintiendo. Doy un suspiro para después limpiar mis manos  y colocar mis codos sobre mi rodilla y llevar la palma de mi mano a mis mejillas.

—Tengo miedo appa...

Narra Jimin

Verlo con sus ojos aguados me parte el corazón. Por lo general es un niño que siempre sonríe, tiene buen ánimo y actitud.

Las personas suelen elogiar lo risueño que es. Pero estos días ha estado muy cabizbajo.

—Si...si Seúl no es igual de bueno, si no me va bien en el colegio...o si tú y omma se separa por el trabajo.

Min-Joon es muy inteligente y a veces me da la impresión que sabe más de lo que creemos. Es muy detallista y por más que a veces guarda silencio, sabemos perfectamente que está analizando lo que ocurre a su alrededor.

—Escucha Joon los cambios son duros y difíciles, pero son buenos. Tal vez no te acuerdes mucho, pero cuando estabas muy pequeño tú viviste en Seúl.

Yo asiento —vi unas fotos con omma—dice sonriendo —estaba en la nieve.

Yo asiento— Seúl es mucho más grande, hay más cosas que puedes hacer. El colegio es muy bueno, sé que te va a gustar.

—¿Si no tengo amigos?

—Los tendrás, tendrás muchos amigos.

—Te apuesto que serás el más popular y serás todo un rompecorazones.

—¿Y tú y omma?

Me paro y me siento frente a él —eso no pasará. Te lo prometo.

—Nos amamos mucho, así que nada ni nadie nos separará.

Él me abraza y yo solo acaricio su espalda dándole tranquilidad y confort.

—Te tengo una sorpresa cuando lleguemos a Seúl.

—¿Cuál?

—Es sorpresa Joon.

—Appa...

—Está bien, pero promete que no le dirás a tu madre.

—Lo prometo— dice mostrando su meñique para entrelazarlos con el mío.

—Encontré un lugar en donde podrás aprender a manejar motos.

—¡¿Enserio?!

Asiento con una sonrisa, él me vuelve abrazar y yo lo correspondo con gusto.

Después de unos minutos, lo tomo y lo pongo en mi hombro como si estuviera cargando un costal, lo llevo hacia la casa para después lanzarlo en la piscina.

Narra Min-Joon

Entró a la cocina luego de pasar la tarde jugando junto a mi padre. Estuvimos haciendo guerra de agua, jugamos con pistolas de agua y con globos de agua que tenía escondido en algún lugar del jardín.

Observó a mi madre de espaldas moviéndose a través de la cocina iluminada mayormente por la luz exterior. La cocina tiene un aroma exquisito que impacta en mi nariz.

Ella voltea en búsqueda de algo y al verme me sonríe para después acercarse y agacharse.

—Oh, mi bebé hermoso.

Papá por Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora