ESCENA VIII

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Sus ojos recorrieron el cuerpo de la joven lentamente analizándola de pies a cabeza, a lo lejos se notaba que era una chica común y corriente a pesar de no poder apreciar su rostro por completo a causa de la máscara que llevaba puesta, su piel se veía pálida al igual que sus labios, los cuales, se encontraban bastante cuarteados-lo que imaginaba sería por la falta de líquidos en su sistema- entrecerró sus ojos cuando de pronto notó como manchas rojizas y violáceas estaban en su piel ligeramente más visibles-maquillaje-tanta fricción debió irlo removerlo poco a poco.

Así que la chica había sido maltratada.

Después de haber presenciado la escena en aquel almacén estaba mucho más seguro de que los asuntos en la mansión no se estaban llevando acabo tal y como él lo había ordenado, mucho menos estaban siendo de lo más transparentes a la hora de acatar sus órdenes. Minutos antes se había detenido por el enorme hedor que había presenciado al cruzar por ese pasillo, justo antes de querer entrar, aquel hombre canoso llegó rompiendo toda su atención en la puerta que estaba frente a él, frunció el ceño cuando lo vio nervioso, algo andaba mal y su insistencia en volver a la fiesta lo confirmaban.

Al llegar a la alcohoba y caminar hacia la cama, la dejó sobre esta. Estaba profundamente dormida, pero tampoco podía esperar hasta que ella despertara, las cosas se habían salido de control en aquella mansión y debía poner orden. Estaba molesto, muy molesto.

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Sus pasos se encaminaron justo y donde se encontraba Onew, quién, jugaba con su copa de vino mientras le sonreía, se le notaba tranquilo- y eso, debía admitir que en ocasiones le disgustaba, Onew podía ser bueno disfrazando sus emociones y de entre los cuatro era el único que podía mantener la calma en situaciones extremas, que lío.

-Volviste ¿y bien? ¿cómo te fue? -

- ¿Que sabes acerca del negocio y del manejo de sangre dentro de la Mansión? - Aquella pregunta la escupió justo en el momento en que se sentó frente al mayor, cruzándose de brazos y recargando todo su cuerpo sobre el reposo de la silla, terminando por mirarle con aquellas frías y oscuras orbes

- ¿ah? ¿a qué viene la pregunta? - Una sonrisa evidente se dibujó en los labios del mayor, Onew sabía de ante mano que Minho iría ante el en busca de respuestas, después de todo, se había acostumbrado a su forma de ser tan predecible y ¿qué podía decir?, era el mayor de todos, su deber era cuidar de ellos y eso incluía saber y estar anticipado ante todo y todos.

-Deja de hacerte el tonto y dímelo.

-Bien, bien-Él lo sabía, no por nada estuvo metido en aquel tonto baile pasando de mujer en mujer y prestando atención a conversaciones ajenas durante horas, sabía que Minho le exigiría respuestas- Parece ser que aquel viejo canoso- colocó ambos codos sobre la mesa, entrelazando las manos entre sí; mientras hacia un suave movimiento indicando justo el lugar donde se encontraba el susodicho y logrando que Minho frunciera el ceño- Está haciendo negocios sucios por medio de la trata de blancas, la sangre que nos sirven en las copas es de esas chicas, abusan de ellas y cuando ya no les sirven, nos dan su sangre- Pausó un instante para permitir que Minho procesara toda aquella información- ¿Prosigo?

Minho giró su cabeza, no recibiría un si como tal, pero esa acción para el significaba un continua...

-Se pasó por el culo tus ordenes, ya sabes, desviar unas cuantas bolsas de sangre de los hospitales más prestigiosos de la zona. Ha dejado de hacerlo desde hace dos meses, no han tenido contacto con los infiltrados desde entonces, sospecho que ese viejo les hizo algo y ...-Minho le miró fijo- las chicas...

No dijo más, había entendido todo y confirmando todas sus sospechas, aquel maldito viejo le estaba viendo la cara. Una, dos, tres...con la mirada contó a cada una de las chicas que habitaban en el lugar, maldito.

Midnight Theatre [2Min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora