ESCENA VI

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Algo andaba mal, algo andaba mal, algo andaba mal, algo andaba mal, mal, mal, mal, mal.

No dejaba de pensar en aquello, su reflejo en el espejo lo ponían mal, le causaban nauseas, su vestido, la falta de aire por lo apretado que estaba, aquellos labios rojos, colorete en sus mejillas, delineado y mascara de pestañas, su cabello lacio, largo y recogido elegantemente, si que parecía una chica.

Su cabeza daba vueltas- estaba pensando demasiado-

-La máscara- Aquel hombre, quién abrió la puerta de madera de aquella habitación se lo recordó antes de salir de esta -casi lo olvidaba- Recuerda, no debes mirarles a los ojos, respuestas cortas si-no, no hagas preguntas, no debes cuestionarte nada, solo atenderás llevando copas de vino si así te lo piden, mantenerte en una esquina, recta y de pie, no más, no menos ¿entendiste?

Taemin se mordió la mejilla interna para evitar contestar

- ¿Entendiste? - volvió a preguntar, siendo obligado a responder con un seco .

Sus orbes se vislumbraron en cuanto la cortina roja fue retirada y dio paso a la enorme sala llena de personas con trajes de época y mascaras alrededor, a leguas se veía que eran personas de clase alta, la música dominó sus oídos, era tranquila y muy agradable. Aunque un ligero olor a incienso llamó por un instante su total y completa atención.

Extraño.

-Oye tú, ven aquí- la llamada de un invitado lo sacó de su trance, dudó tardando unos cuantos segundos antes de reaccionar y caminar hasta la dirección de aquel sujeto- Dos copas, no tardes- Ordenó sin más- Parecía como si ya estuvieran familiarizados con aquel ambiente y la única persona que no lo estaba era él.

Tragó saliva un poco nervioso, un error y su vida correría peligro.

Caminó hasta el lugar donde con anterioridad ya le habrían ubicado donde debía recoger tales copas de vino rojo, llenó la charola y regresó con aquel tipo, luego entregó unas cuantas más y terminó por pararse en el lugar indicado cuando ya no se le requería de su servicio.

-Llegas tarde- El mayor de todos habló inmediatamente en el momento en que el peli-negro regresaba a casa y entraba justamente por la puerta principal.

-lo siento, aquel tonto tardó más de lo esperado- alzó levemente sus hombros- Pero ya estoy aquí ¿no?

-Ve a cambiarte, nos iremos dentro de poco- ordenó el mayor mientras volvía la mirada a su móvil y continuaba viendo las publicaciones que le salían en la pantalla de aquella aplicación.

En el camino se topó de frente al peli-rosado siendo abrazado del brazo por su querida hermana Rosalind, notó como las orbes del chico se abrían de par en par a modo de sorpresa, sospechaba la razón, pero no era algo por la que se detendría para saberla, lo ignoró como pudo pasándoles de largo y entrando a su habitación.

Llevaba dos días tratando de evitar al menor y aquello había resultado tan bien, hasta aquel momento. Un suspiro largo y pesado salió de sus labios, no era momento para que su mente se enfocase en una sola persona. Minho necesitaría de su apoyo aquel día y debía ser fuerte.

Terminó por cambiarse y retocar un poco el maquillaje que ya llevaba puesto desde aquella tarde. A pesar de todo había sido un muy buen trabajo y planeaba aprovecharlo lo más posible. Terminaba de arreglar su cabello en el espejo frente a su tocador cuando el menor llamó a la puerta- ya se había tardado-

-Tú cabello, lo teñiste- comentó algo ya muy obvio para ambos, recargado en la orilla de la puerta con brazos cruzados y la cabeza mirando en dirección al techo- Te sienta bien-

Midnight Theatre [2Min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora