ESCENA IX

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-Se dice que los Ángeles son seres celestiales, espíritus creados por un Dios y cuya misión es servirle; NO importan sus decisiones, a Dios NUNCA se le contradice...

Sus miradas se encontraron, ninguno dijo nada después de que Kai terminara con aquella frase. Su sonrisa era incomparable, se había formado en el preciso momento en el que aquel individuo cruzaba la puerta sin permiso y la sensación de satisfacción en él crecía con cada segundo y paso que daba hasta encontrarse de frente, con tan solo ver la expresión de su cara; sabía que aquello iba a ponerse interesante.

Rompió con aquella extraña tensión cuando por voluntad propia giro la cabeza y comenzó a recorrer con la mirada cada rincón de aquel lugar, lugar que conocía perfectamente bien.

La Biblia se compone de tres jerarquías-su voz rompió aquel incómodo silencio para seguir hablando de aquel tema- suprema, media e inferior y cada una de ellas se compone de tres coros. Serafines, querubines, tronos-entrecerró los ojos fijando su mirada a un objeto es especifico- dominaciones, virtudes, potestades- Ahora su vista estaba justo en el libro que se encontraba leyendo- justo antes de la intromisión de aquel sujeto- y que segundos antes había dejado encima de su escritorio- principados, arcángeles y - subió su vista, topándose nuevamente con las orbes de aquel chico que no habían dejado de mirarle ni un solo segundo, pero que tampoco se había dignado a hablar. - Ángeles...

- ¿Terminaste?

- No en realidad- Solo dio unos cuantos pasos hasta poder colocarse frente a su escritorio y recargar su lindo y redondeado trasero sobre el - ¿Qué hace aquí un ser espiritual como tú? -

El chico hizo una mueca, le disgustaba estar ahí y eso los dos lo sabían muy bien.

Ángeles y vampiros, actualmente se podía decir que estaban en paz por medio del acuerdo celestial. Uno, que muchos detestaban, no solo porque no podían romper las reglas, sino, porque de hacerlo serían aniquilados por la marca que llevaban en alguna parte de sus cuerpos.

La guerra que se desató en el pasado había sido causada por la jerarquía superior; un Querubín muy querido por Dios y eso, era la principal razón por la que tanto; los vampiros, como lobos y otros seres místicos repudiaran demasiado a los ángeles, por culpa de uno de los suyos, ahora todos debían vivir ocultos, bajo reglas y una asquerosa marca que no podían remover de su cuerpo; decidiendo si morían o no.

Patético

Tener frente a él a un Ángel- una jerarquía inferior- ahí en su oficina era tan angelical

Mentira, lo odiaba.

-Necesito de tú ayuda-

Kai hizo una ligera expresión alzando una de sus cejas-eso sí no se lo esperaba- que un ángel viniera a pedirle su ayuda era algo que no se veía todos los días.

- ¿Mi ayuda? -

-Yo- el chico tragó saliva y permaneció en silencio, claramente se notaba nervioso- algo que no era usual en aquellos seres - no sabía cómo escupir aquello, no podía. Las pupilas de Kai se iluminaron, una serie de múltiples colores dominaron sus ojos, gracias a ellos tenía la habilidad de ver más allá que cualquier otro vampiro, podía ver a través de ellos, saber sus sensaciones, sentimientos e intenciones- si le mentían o no, lo sabría- podía ver a través de su alma, su cuerpo, meterse en su mente y divagar por ella, ver con los ojos del contrario escenas que vivieron horas, días, meses o hasta años y sacarles información. Tenía un increíble poder.

-Uh, entiendo y ¿que gano yo con ayudarte?

-Se donde esta...

Los ojos del moreno se abrieron de par en par-sonrío mientras pasaba su lengua por sus afilados colmillos- no esperaba que su fuente de información sería un chico alado.

Midnight Theatre [2Min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora