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- pero ¿Por qué él?

- no lo sé hijo, realmente no creo que haya sido tu culpa.

-¡Si lo es! ¡No debí dejarlo solo cuando me necesitaba!

-¡hijo espera!

🔸🔶🔸🔶🔸

Así de nuevo la alarma interrumpió el sueño.

¿Cuándo podré ver el chisme completo?
La verdad así ni ganas dan de recordar nada.

Ahora más calmado que el día anterior me cambié y tomé mis cosas para cuando sonó el coche en señal de que Jorge y su mamá estaban afuera, saliera de lo más tranquilo.

Me despedí de mi mamá y salí encontrándome con Jorge afuera del coche otra vez.

- buenos días Pedrito.

- buenos días Jorge - dije en seco, no sabía si su madre se iba a molestar o algo.

- ¿Qué no me vas a saludar con cariño? - expresó acercandose poco a poco hacia mi. Traté de separarme un poco pero me había abrazado por la parte de mi torso.

- ¡Pero que está tu mamá viéndonos!

- No no importa Pedro, si se dan un beso realmente no tengo por qué intervenir. Últimamente ustedes son libres de ser quienes son. - aclaró la madre de Jorge mientras yo me apenaba por lo que había mencionado.

¿Un beso? ¡Creo que quería darme más! O por lo menos sabiendo como es Jorge lo supuse.

- ¿ya ves amorcito?

- bueno, pero que solo sea u- ni tiempo me dió de terminar la frase cuando los labios de Jorge me impedían hablar, dándome un beso que duró unos cuantos segundos.

- ¡Ahhh que lindo que eres chaparrito! - me dijo mientras yo me sonrojaba y recuperaba el aire que se me había ido durante el beso. - bueno, súbase que falta poquito para que empiecen las clases.

-ta bien Jorge - enuncié cuando me miró rodando los ojos y poniendo una cara sería. - bueno, amorcito ~

- ese si me gustó, - contestó cambiando su expresión a una más alegre - pero ya vámonos.

🔸🔶🔸🔶🔸

El día paso como el día anterior, así de rápido pasaron las clases y en una de ellas nos tocó educación física.

Tuvimos que ir a cambiarnos a los vestidores de hombres.

- Jorge.

- ¿Qué pasa?

- es que... Me da pena cambiarme así, junto a niños prácticamente.

- Pero si son de nuestra edad amor ¿Quieres que te acompañe?

¿Qué no es obvio? Lo hago solo para eso precisamente, es solo un pretexto lo de la edad. Pero de todas formas le contesté de la manera más amable que se me ocurrió:

- ¡Pues claro mi corazón! Al final solo contigo me siento más libre.

- bueno, pues vamos entonces.

- ¡Espera!

- ¿Ahora qué?

- Es que... Tengo...

- ¿Qué?

- ..... Lonjitas - dije abrazando mi parte abdominal, que plana plana no era.

De repente Jorge empezó a reír con un tono cálido que me pareció lindo pero sabía que era para burlarse o algo por el estilo.

Aquí Y En Otra VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora