10

95 7 73
                                    

Los días siguientes pasaron normales, si "días normales" se le puede decir a que todos los días Jorge pasaba por mi, íbamos a la escuela, regresábamos a mi casa y después Jorge se iba a la suya.

En todo lo que estuvo junto a mi, había estado a escondidas con ese frasco, ¿Qué tenía? Ni idea, pero supongo me lo dirá en cuanto el crea necesario.

Me gustaba todo lo que hacía por mi, cada rato que pasaba no dejaba de decirme algo lindo mientras me sonrojaba.

En los recreos me compraba una paleta de corazón o un caramelo cualquiera. Y en educación física, siempre me acompañaba y esperaba en los vestidores para cambiarme.

No le importaba que mi cuerpo sea diferente, tampoco que en algunos momentos me sintiera mal. Él estaba ahí junto a mi, a pesar de todo lo malo que le pasa junto a mi.

Creí realmente que me quería, se notaba en su voz melosa, su cara sonriente cada vez que me veía y sus ojos expresando amor, amor y amor.

Mientras lo único que hacía yo, era seguir buscando una respuesta de qué pasó con Israel.

🔸🔶🔸🔶🔸

Todos los días estaba buscando en la más mínima cosa algo que recordar, en aquel grafiti mal hecho cerca de la escuela, en ese árbol marcado con las iniciales de personas cualquiera rodeadas por un corazón, en la tienda que compraba sus cosas...

- ¡Oh! Quiero entrar ahí - señalé la tienda de música que estaba justo enfrente. El logo en el cartel de la parte superior era de colores oscuros y la puerta tenía pósters de artistas que ni Dios conocía.

- ¿Pa qué? Ni tienes instrumentos musicales - cuestionó y se respondió solito Jorge, haciendo una mueca de extrañeza, pues no habíamos hecho nada referente a la música hasta hoy.

- ¿Cómo que no? Tengo mi uke... ¿Uke- qué? - pregunté mientras Jorge rodó los ojos expresando un poco de desesperación.
- Ukelele
- éso! Mi ukueluele

- pues no le hace, no ocupas nada de aquí ¿o si?
- pos creo que ya no me quedan uñas para tocarlo
- uña, uña, ¡tu antes ni ocupabas de esas!
- ahora sí, la neta mis dedos se están maltratando mucho - dije mostrando mis dedos, eran finos en sentido que la piel era suave y delicada.

Jorge tomó mi mano acariciando y comprobando lo que yo decía.
- mmm ya ¿Y no sé puede aguantar?
- ¿Deveras quieres que mi mano se lastime?
- pos... No per-
- Ah pos pa eso es la uña - interrumpí y entré al negocio jalando a Jorge de su muñeca.

Habían muchas cosas de música; micrófonos, cables para instrumentos, accesorios y demás. Yo solo quería recordar algo, no había nada que pudiera recordar relacionado con Isra.

Jorge solo estaba al pendiente de mi, frunciendo el ceño y cruzando los brazos. De vez en cuando me preguntaba si estaba bien y me miraba con preocupación, el sabía que estaba en búsqueda de recuerdos y temía que me pase algo como la vez anterior.

Al ver que no pude recordar nada solo pase a pagar las uñas que había tomado y salimos de ahí.

- ¿No te gustó nada? ¿No trajiste más dinero ?
- Si, pero... Estaba haciendo otra cosa.
- Lo sabía, estás tratando de recordar cosas ¿Verdad?
- si - confirmé bajando la mirada, sabía que él lo sabía, no quería que recordara nada, que dejara ese asunto atrás, a pesar de que sea la muerte del novio de mi yo del futuro.

- Pedro, sabes que pasa cuando recuerdas cosas acerca de Israel, no creo que sea buena idea, además de qu-.... - dijo quedándose en silencio y sin terminar la frase

- ¿De que, Jorge?
- ehh... mmm... - estaba pensando, parecía que analizaba hasta la más mínima palabra para decirla - nnn... no... ya nada.

- Jorge, creí que podíamos contarnos todo.
- si, pero, es... El otro Jorge
- ¿El otro Jorge?
- tiene algo así como celos o yo que sé, la cosa es que me está afectando a mi también.
- celoso de que le dé importancia a la muerte de mi anterior novio

Aquí Y En Otra VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora