Aquí Y En Otra Vida

19

¡antes de la solución de todo, una vinculación como 'e que no!

Por este tipo de razones quería reescribir la historia; pero en fin, supongo que más adelante la modificaré XD.

🔸🔶🔸🔶🔸

Al final siempre si recordé todo lo que había que saber, como una vinculación y lo que vendría siendo una historia tan extraña que ni yo me la creo, más aparte del hecho de que parece más mentira que nada.

Empezamos con lo básico: al parecer la vinculación es un acto de amor verdadero; un beso, abrazo, cariños y demás que es demasiado único para cada uno. Algo que hace que una persona en la relación sienta lo que el otro siente y a la inversa. ¿Magia? ¿Brujería? ¿Tonteras que se inventa la gente? Ni idea.

La historia que me contó la señora mamá de Jorge hablaba de dos almas que se reencontraban viajando en el tiempo pero siempre estaban juntas por más horrible y trágico que fuera el final.

Realmente no le presté mucha atención, a pesar de que debería, pues creo que en este lugar, estas cosas de almas, sentimientos y demás, son más reales que los nahuales de mi rancho.

También dijo que Jorge ha tenido ciertos problemas al relacionarse con alguien. Desde pequeño, se dieron cuenta al momento de hacer amigos parecía tener un algo que hacía que no se separase de ellos. Un tipo de obsesión o algo así, por eso las pastillas.

- de verdad, lo siento por no haberte dicho nada - decía doña Rebeca -, pero crei que solo contigo podría solucionarse su problema.

- ¿Solo conmigo? - cuestioné con un tono curioso, frunciendo levemente el ceño - ¿Pues que hago milagros o que?

- el hecho de que Jorge sonría cada día después del infierno que le hace pasar su papá, es un milagro.

Y era verdad, algo me había dicho de que después de todo lo de Dulce, su padre no era el mismo. De verdad no sé que había hecho esa chica que simplemente hizo de su vida algo horrible.

- bueno, entonces pasaré a la habitación de Jorge.

🔸🔶🔸🔶🔸

Estaba ahí en posición fetal encima de su cama, cerrando los ojos, llorando ¿Por mi? Supongo que sí. A pesar de que no había vínculo entre nosotros, podría llegar a decir que sus emociones parecen ser tan fuertes que su corazón está muriendo.

Y con ese pensamiento el mío se sintió mal.

- hola, Jorge

- ¿P-edro? - abrió los ojos lo más rápido que pudo mientras se sentaba en la misma cama y me acercaba a dónde estaba él. - ¡Pedro! - gritó y se abalanzó rápidamente hacia mi justo cuando llegué a un costado de la cama.

Me abrazó, no tan fuerte, era un abrazo cariñoso, cálido; pero a la vez un abrazo de arrepentimiento y frustración. Sentía el correr de sus lágrimas en mi camisa, su temblar de cuerpo entero, mientras yo solo podía darle una caricia en su torso.

- ¿Qué pasó amor? ¿Por qué lloras?

- No quiero que te vayas, no otra vez, no como los demás. - soltó así, sin más o menos palabras.

Me senté a su lado mientras éste se incorporaba en dónde estaba. Sus ojos brillaban tan solo con verme. De verdad me necesita este chico.

Mi chico.

Tomé su mano y empecé a acariciarla, mientras subía casa vez más mientras cantaba una canción y el oía atentamente.

- ¿Quien te va a querer tanto tanto como yo?
Me gusta despertar y verte dormido nada más
Pero estoy lejos y triste, deseo abrazarte y enredarme en tí.