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Esa noche no se quedó conmigo, se fue a su casa y creí que no tendría otra pesadilla. Pero si, si la hubo.

Fue exactamente como la anterior, no entendía que era ese lugar, quién era la persona enfrente, que quería la persona que me hablaba.

Me despertó la alarma, haciendo que me levantara y me arreglara para la escuela. Ese día era de descanso para mí mamá y estaba dormida aún cuando me fuí.

Afuera solo encontré a Jorge, no había carro y su mamá tampoco estaba.
- ¿Ahora solo viniste tu?
- si, mi madre se fue más temprano a su trabajo así que tuve que venir a pata.
- ah bueno, pues ya ni modo, vámonos
- ta bien .

Todo el día transcurrió con normalidad en la escuela. Fuimos a mi casa (prácticamente Jorge vivía alli ahora) y estuvimos viendo cosas de mi habitación mientras la ordenamos, pues aún no recordaba todo lo que había pasado con el otro Pedro.

- mira este peluche, tal vez recuerdes algo
- ya me cansé de recordar cosas, me desmayaré si sigo viendo recuerdos del otro Pedro.
- ok muy bien, entonces ¿que quieres hacer?

-tengo curiosidad de varias cosas, sobre... Yo, el Pedro del pasado
- Ah no te preocupes que aquí con la computadora podemos investigar acerca de tí e incluso de mi.
- ¿Enserio?
- si mi Pedrito, esta cosa accede a información de muchas cosas
- a ver!
- ¡Espera que todavía no inicia hombre!

Jorge buscó mi causa de muerte en internet y ahí estaba, descrita de manera muy específica, mi muerte.
Entonces recordé lo que había pasado antes de morir. Las imágenes de ese avión que se desplomó casi apenas alcanzados los 200 metros de altura.

Así vinieron imágenes de todo lo que habia pasado después de que morí, toda esa gente que estaba de luto, mi familia llorando por ese trágico accidente.

Las lágrimas de Irmita deslizándose por sus mejillas entre un llanto que no podría parar.

No quería recordar ni ver más, me sentía mal al saber el dolor que causó mi muerte. Me separé de dónde estaba sentado con un dolor de cabeza que me dió de solo ver estás imágenes.

- ¿Estás bien Pedro?
- si, si, no pasa nada - dije casi llorando mientras me alejaba cada vez más de dónde estaba sentado Jorge.

Me senté en mi cama y acto seguido solté todo lo que sentía, Jorge se acercó a mi y me abrazó dándome cariños, tratando de hacerme sentir mejor, lloré durante casi media hora por esta sensación que me atormentó durante todo este rato.

Jorge solo estaba junto a mi, a pesar de que el ya había investigado acerca de su yo del pasado, no se veía igual que yo.

- ya Pedro, no pasa nada.
- ¿No pasa nada? - me paré de la cama, enfrente de él - ¡Dejé a mi familia aún teniendo 39 años! - grité con la voz rota, mis manos estaban temblando - Me siento mal por todo el dolor que les causé, fue mi culpa

Me volví a sentar con más lágrimas en los ojos que se desbordaban apenas cerré los ojos, sin llorar tan emotivamente.

Jorge solo se acercó más y me rodeó con sus brazos haciéndome sentir esa calidez, junto con su aroma único. Me envolvía una seguridad y afecto que no podia explicar.

- No tienes la culpa de ese accidente, no sabías lo que podía pasar. No hay culpable para uno. - me abrazó con más fuerza y solo empecé a llorar como hace unos momentos. Realmente lo entendi, sabía que lo que decía era correcto.

- De verdad no sé que me pasa Jorge, estar en el cuerpo de otra persona no... No se siente bien
- está bien, te acostumbrarás, así como me acostumbré a éste cuerpo, solo para esperarte.

Aquí Y En Otra VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora