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2/3 del final del primer arco argumental de Pedro y su "novio-morido" XD

En fin vamos que esta cosa está bien rara

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Mis palpitaciones incrementaron su velocidad, así como mi respiración se aceleró, haciendo que mi cuerpo se tensara de igual manera.

No tenía ni idea de que podría hacer en estos momentos, lo único en lo que pensaba era en Jorge, ¿Estará bien? ¿Vendría por mi en caso de que descubra dónde esté? ¿Ya comió?

Muchas cosas referentes a él y también a Isra¿Estará arrepentido? ¿Su familia aún creerá que él está muerto? ¿El primo no les importó lo más mínimo? ¿Dieron café y galletas, o pozole con refresco en el velorio?

Mi mente aún analizaba la situación; yo en peligro de quedarme con este wey, más alto que yo, más fuerte y por lo consecuente, no me liberaría tan fácilmente de él. Isra, entre la vida, llena de culpa, de mentiras y traiciones, y la muerte, con sufrimiento casi nulo, llevándose las penas y demás que traía consigo.

A todo esto sumemos el silencio incómodamente intenso, entre el rechinar de las tablas de aquel lugar, el sonido del viento al pasar por las cortinas y ese casi nulo sonido de la respiración de Isra...

Interrumpido por una patrulla acercándose rápidamente.

Aguanten... ¿Una patrulla?

- Mierda, mierda ¡Mierda! - gritó Samuel al escuchar ese sonido tan ruidoso, que me llenaba de esperanzas. - ¿Tu los llamaste? - preguntó él mirando al suelo, como si no quisiera ver a ninguno de ambos que estábamos arrodillados.

- ¿Cómo se sup-

- ¡¿Tu los llamaste?! - gritó nuevamente está vez mirándome directo a los ojos, dejando ver el rojo alrededor de la iris de ambos de sus ojos. Dejando en claro, la razón de su actuar. ¿Drogas? No sé ¿Alcohol? Fácilmente lo sería ¿Estaba llorando? Incluso esa podría ser la correcta; pero me convencen más las dos anteriores.

- ¿Cómo chingaos podría llamarles? ¡No puedo ni mover las desgraciadas manos! - respondí casi en un grito, mientras el contrario empezó a dar vueltas alrededor, pensando en como salir de este lugar y de la misma ciudad seguramente.

- eres un puto, - dijo acercándose a mi, poniéndome los nervios de punta - pero un puto que me encanta, así que te llevaré a dónde yo vaya - susurró y me cargó cual costal de papas mientras apuntaba a Isra.

Grité que me soltara, me moví lo más que pude, pero mis costillas me dolían, como si me hubieran pateado antes, mientras me traían a este horrible lugar. Pero realmente no lo sabía, solo eran especulaciones, no lo recordaba.

- en fin, ahora sí no me servirás de nada, así que, allá nos vemos, chiqui - dijo Samuel segundos antes de apuntar con el arma y disparar erradamente, por mis movimientos sobre él, hacia Israel mientras éste se movía hacia el lado contrario de dónde impactó la bala.

- ¡Ahg! ¡Estate quieto, pedazo de...!

- ¡Policía, levante las manos!

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Salimos de ahí con vida, de milagro y enteros gracias a la denuncia de... ¿Javier?

- hola, Pedro - saludó el cómplice de mi secuestrador, tenía una mirada de arrepentimiento como la de Isra ¿Ésta gente conoce la vergüenza? - realmente lo siento, necesitaba hacer eso pa...

- ¿Para que? ¿Dinero? ¿Droga? - empecé a cuestionar ¿qué razones lógicas habían para hacer lo que me hizo? - ¿Para q-

- para estar conmigo - dijo Israel entre mis gritos, haciendo que mi ceño se frunciera y mi confusión me volviera a envolver...

Aquí Y En Otra VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora