Lᴏᴠᴇ Oʀ Oʙʟɪɢᴀᴛɪᴏɴ? (Tʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ N., Mᴀᴛᴛʜᴇᴡ R., Tᴏᴍ R., Rᴇɢᴜʟᴜs B.)

ᴏᴄʜᴏ

Llegue a mi mesa y vi sentados ahí a Theodore, Matthew y Blaise, el último fue el único que tuvo la decencia de saludar. Me dio una sonrisa cómplice y sirvió mi desayuno.

- ¿Con Potter? - Escupió de la nada Matthew, estaba molesto y se notaba a kilómetros.

- Matthew - Advirtió en un tono bajo pero firme su amigo. El cual se encontraba a su lado sentado.

- No me digas que estás feliz con esto - Reprocho nuevamente y Theodore solo lo miro y aparto la mirada.

Estaba de acuerdo con él pero no lo diría en voz alta.

- Chicos, detenganse - Entro Blaise en la conversación defendiendome.

- Que novedad, Zabini defendiendo a Dione. Cómo si ella no pudiera hacerlo sola.

- Soy perfectamente capaz de defenderme sola, Riddle - Respondí con despotismo.

- ¿Y por qué no lo haces?

- Porque hacerlo es una pérdida de tiempo para mí. Si lo haré, lo haré con alguien que valga la pena.

Me levante del lugar donde me encontraba y mire de reojo a Harry quien ya me observaba. Salí apresuradamente y comencé a caminar hacia el bosque prohibido.

No había notado que alguien me seguía, hasta que tocó mi hombro y reaccione de la peor manera.

- ¡Lo siento! - Exclame apenada y Harry solo rió.

- Perdóname tú a mí. Interrumpí tu soledad - Se disculpo mientras tocaba su mejilla con la mano y sobaba donde recibió el golpe.

- ¿Qué haces aquí?

- Te seguí, creo que es obvio.

Yo reí sintiéndome tonta y luego lo mire.

- Pero, ¿Por qué?

- Te vi molesta y quería calmarte.

- Estoy bien, es solo que... - Suspire, lo mire y me senté en un tronco - los amigos de mi hermano me sacan de quicio.

Harry se sentó a mi lado y me abrazo. Era raro, muy raro pero por alguna razón, me sentía cómoda con él. Cuando el abrazo terminó nos quedamos viéndonos fijamente y comenzamos a besarnos.

Si, definitivamente no era ni el momento, ni el lugar, ni nada. Pero este beso era diferente, estaba lleno de necesidad por parte de ambos, que no sabía que necesitaba.

Él se separo e hizo un hechizo que nos reubico en su cuarto, ambos estábamos sobre la cama y él siguió besándome.

No estaba completamente segura de querer hacerlo así, con él. No lo conocía, apenas habíamos hablado y ahora estábamos a punto de acostarnos.

- Si no quieres hacerlo, está bien. Yo lo entiendo perfectamente, apenas nos conocemos.

- ¿Tú... - Intente preguntar pero él rió.

- Lo siento, tus pensamientos son muy ruidosos.

Yo lo miré y lo besé.