Lᴏᴠᴇ Oʀ Oʙʟɪɢᴀᴛɪᴏɴ? (Tʜᴇᴏᴅᴏʀᴇ N., Mᴀᴛᴛʜᴇᴡ R., Tᴏᴍ R., Rᴇɢᴜʟᴜs B.)

ᴅᴏs

-Narradora omnisciente-

Ya era el día siguiente y los hermanos Malfoy estaban dando los últimos retoques a su equipaje. Irían al callejón diagon para ver si les faltaba o necesitaban algo más.

Pasó todo el día y se había comenzado a oscurecer, por lo cual ambos fueron a la cama a dormir y esperar para entrar a su penúltimo año.

El día transcurrió con normalidad, ella y Draco habían hablado sobre los años anteriores en Hogwarts y lo bien que la pasaban juntos.

Lamentablemente ya no se llevaban en la escuela, solo se hablaban para lo indispensable. Ambos habían dejado de hablarse en tercer año, ya que Draco había empezado a juntarse con sus actuales amigos, y Dione con Pansy.

Pero realmente esa no era la razón principal por la que se habían dejado de hablar, la razón era porque Dione había comenzado a relacionarse con chicos que no eran de su casa, en especial con los enemigos a muerte de su hermano. Sin embargo, eso no fue lo que más molesto al hijo mayor de los Malfoy, lo que lo molesto, fue que ella comenzaba a desarrollar sentimientos por Harry Potter, un chico que odiaba por no querer aceptar su amistad y preferir al hijo varón más pequeño de los Weasley.

Muchos dirían que Draco Malfoy era un inmaduro con su melliza, y si, así era. Era una persona rencorosa, no era el hecho de que a su hermana le gustara Harry Potter, era el hecho, de que él se entero porque a la mejor amiga de su hermana se le salio decirselo y no se entero por su pequeña hermana.

Cuando comenzó a oscurecer los hermanos decidieron dormir juntos, pues sería en mucho tiempo la última muestra de cariño mutuo antes de regresar al colegio.

A la mañana siguiente.

Ambos llegaron a la estación 9 ¾ y pasaron por ahí. En cuanto entraron Draco vio a sus amigos y se fue, despidiéndose de Dione con la mano.

Ella entro y se acomodo en un cubículo para leer.

-Dione M.-

Estaba tranquilamente en mi cubículo leyendo "Orgullo y Prejuicio", cuando de repente alguien entró bruscamente al lugar. Levante la mirada y pude ver a Pansy. Ella se abalanzó sobre mí para abrazarme y yo correspondí.

Nos la pasamos todo el camino poniéndonos al corriente de nuestras vacaciones, al casi llegar a Hogwarts ambas decidimos cambiarnos.

Pansy se detuvo y me miro.

- Merlín, tú si que tuviste un glow up hermoso.

Mire mi cuerpo y sonreí.

- Gracias, pero tú no te quedas atrás.

Ambas sonreímos y nos terminamos de vestir.

- Oye - Llamo mi atención Pansy y yo solo la miré para que continuará - No lo tomes a mal, te ves preciosa. Pero ¿Draco, ya te vió?

Merlín, lo había olvidado por completo.

Pansy pareció notar mi cara de estrés y preocupación, porque suspiro y se acercó a mí.

- Debes aprender a poner límites con Draco, Didi, entiendo que sea tu hermano, pero ¿no crees que a veces se le pasa un poquito la mano? 

Sabía muy bien porque lo decía y era por el incidente de tercer año...

FLASHBACK.

Estaba saliendo con Pansy de la clase de transformaciones, nos fuimos a sentar en el pasto para platicar un poco antes de la siguiente clase. Estábamos tranquilas riéndonos cuando llego Blaise agitado.

- Didi, párate y vete de aquí - Pidió con seriedad y la voz agitada.

- ¿Qué? - Era obvio que había entendido pero no entendía el porqué de su petición.

- Es Draco. Esta hecho una furia, los chicos están intentado calmarlo pero en realidad lo están entreteniendo para que yo te viniera a avisar.

Voltee a ver a Pansy confundida, y ella me vió igual. Ambas nos levantamos pero en ese momento sentí como apretaban con mucha fuerza mi antebrazo izquierdo.

Voltee y vi a Draco junto con su grupo de amigos detrás de él intentando detenerlo.

- ¿No piensas o qué? - Reclamo molesto.

- ¿De qué hablas? Me estás lastimando - Informe, pues no iba a poder concentrarme si me seguía haciendo daño.

- ¿Cómo se te va a ocurrir sentarte en el pasto con falda? ¿Eres una niña chiquita? ¿No tienes educación, modales o respeto propio? - Draco parecía hablar en automático, pues estaba enojado y estaba diciendo cosas sin pensarlo.

- Suéltala - Ordeno Matthew Riddle, su amigo, pero mi hermano hizo caso omiso.

- Ya fue suficiente, Malfoy - Intercedio Tom, el hermano de Matthew - Le estás haciendo daño - Se acercó en un modo muy calmado, pero a juzgar por su rostro, estaba molesto.

Draco me soltó pero seguía molesto. Me miro mal y paso a mi lado chocando mi hombro haciendo que me tambaleara.

- ¿Estás bien? - Yo asentí y Theodore Nott me sonrió - Hablaremos con él para que se calme.

Sin decir más,  todos los chicos se fueron dejándonos solas a Pansy y a mí solas como en un principio.

FIN DEL FLASHBACK.

- No quiero que me arruine el día con sus reclamos - Me queje y mi amiga solo suspiro.

- Ponte la túnica, lo más seguro es que te tape.

- Tienes toda la razón - Me puse la túnica y Pansy me la acomodo.

- Listo, ahora solo cuida que no se te abra.

Un rato después, llegamos al colegio y fuimos directo al comedor, pues sería la ceremonia de los de nuevo ingreso.

Fuimos a los lugares que solíamos tomar siempre y no sé si por desgracia o por fortuna, los demás ya estaban ahí.

Nos sentamos donde siempre y estábamos algo así:

Zabini               Theodore
Dione                   Draco
Pansy                      Tom
Astoria                     Regulus
Daphne                Matthew

Cuando nos sentamos todos parecían concentrados en sus propios asuntos como para voltearnos a ver, a excepción de Blaise el cual se puso a platicar con nosotras.

Paso la elección y la ceremonia, entonces la cena comenzó. Los Riddle me veían demasiado, lo cual era incomodo, pero ellos parecían disfrutarlo pues hacían sus típicas sonrisas burlonas e intercambiaban miradas entre ellos.

- Que bien te sentaron las vacaciones, Malfoy.

Mi hermano volteo a ver raro a su amigo Tom, pero pronto se dio cuenta de que no me refería a él.

- ¿Disculpa? - Pregunto molesto mi hermano al darse cuenta a quien dirigía su comentario.

- Pareciera que no haz visto el cambio de Didi - Se burlo ahora Matthew.

Draco volteo a verme y bajo su mirada a mi torso, me miró mal y Merlín, parecía que iba a explotar del coraje.

Yo miré hacia abajo para ver porque su cara y la maldita túnica se me había desabrochado.

Ahora todo tenía sentido.