Draco
Salvo por las titubeantes instrucciones de Harry, hicimos el trayecto en silencio.
Cuanto más nos alejábamos de mi vecindario, más empeoraba mi malhumor. Me volví hacia él cuando aparcamos delante de una casa ruinosa.
—¿Vives aquí?
Él negó con la cabeza.
—No, en un apartamento alquilado del edificio.
Puse el coche en punto muerto con brusquedad mientras me quitaba el cinturón de seguridad.
—Enséñamelo.
Lo seguí por el accidentado camino tras comprobar dos veces que había cerrado el coche. Ojalá encontrara las ruedas aún puestas cuando regresara. De hecho, ojalá encontrara el coche.
Ni siquiera intenté disimular el disgusto que sentí mientras inspeccionaba lo que suponía que se consideraba un «estudio», más que un «apartamento». Yo lo consideraba un cuchitril.
Un futón, un sillón viejo y un escritorio que hacía las veces de mesa eran los únicos muebles de la estancia. Una encimera diminuta con un hornillo portátil y un pequeño frigorífico conformaban la cocina. Junto a una pared se apilaban seis cajas.
Los trajes y las camisas pasadas de moda que se ponía Harry colgaban de un perchero. Me acerqué a la única puerta que había en la estancia y la abrí. Un cuarto de baño minúsculo con una ducha tan diminuta que yo jamás podría usarla. Cerré la puerta y me volví hacia él. Me miraba con nerviosismo.
Nada de aquello tenía sentido.
Me coloqué frente a él, intimidándolo con mi altura.
—¿Tienes algún problema del que yo deba estar al tanto?
—¿Cómo dices?
—¿Tienes un problema de drogas? ¿O algún otro tipo de adicción?
—¿Cómo? —preguntó de nuevo, llevándose una mano al pecho.
Extendí un brazo.
—¿Por qué vives así, como si fueras un muerto de hambre? Sé lo que ganas. Puedes permitirte un sitio decente. ¿En qué te estás gastando el dinero?
Entrecerró los ojos y me miró, furioso.
—No tengo problemas con las drogas. Tengo otras prioridades en las que gastarme el dinero. El lugar donde duerma es secundario.
Le devolví la mirada furioso.
—Para mí no. No vas a quedarte aquí más tiempo. Recoge tus cosas. Ahora.
Puso los brazos en jarras.
—No.
Di un paso hacia él. El estudio era tan pequeño que cuando retrocedió, acabó pegado a la pared. Lo intimidé con mi altura mientras lo miraba atentamente. Sus ojos, aunque me miraban con furia, tenían una expresión clara.
Le sostuve la mirada mientras le aferraba una mano y le levantaba la manga. Estuvo a punto de gruñirme al tiempo que forcejeaba para liberar el brazo, que mantuvo en alto para que yo lo examinara, tras lo cual hizo lo mismo con el otro.
—No hay señales de pinchazos, Draco —me soltó—. No consumo drogas. No las fumo, no las ingiero y no me las inyecto. ¿Satisfecho? ¿O quieres más comprobaciones? ¿Quieres que orine en un bote?
—No. Supongo que debo confiar en ti. Si descubro que mientes, adiós al trato.
—No estoy mintiendo.
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Contrato de Matrimonio
FanfictionDónde Harry y Draco se ven obligados a fingir un matrimonio. Colección: Pármeno (#2) - 35 capítulos. - relación entre chicos, si no te gusta no lo leas. 2023.