Chicos, me decepcionan.
Pensé que la historia llegaría a 20K antes de que subiera este capítulo. Patéticos.
XD
Saben, este capítulo lo escribí mientras tenía la percepción de la realidad bien alterada, así que no esperen cosas coherentes o buenas. Aunque mis escritos nunca son coherentes xd.
En fin, dejemos de criticarme por 5 minutos y pasemos a lo importante.
Sigo sin encontrar trabajo :(
En realidad, no he salido del departamento desde que renuncié y me la paso huevoneando todos los días xdxd
Otra cosa que me pasó, es que me estafaron en la compra de una PS5 :( maldito socialismo. En fin, disfruten.
Cuanto más pienso, menos entiendo. Me persigue la inquietud y el miedo de ser diferente a todos. Casi no puedo conversar con los que me rodean. No sé qué decir, ni cómo decirlo.
--Osamu Dazai.
X X X
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Una semana antes de que Bell y Riveria tuvieran ese "desafortunado" beso, el primero había ido temprano por la mañana hacia la <Mansión Chimenea>, lugar donde residía su <Familia>.
Tras intercambiar un choque de puños con su buen amigo Welf, acariciar la cabeza de Lili, saludar a Mikoto e intercambiar unas palabras con la tímida Haruhime, Bell subió al último piso de la mansión y entró en su antigua habitación.
-- Te haz estado esforzando, Bell-kun.
-- No puedo negarlo — respondió Bell con una ligera sonrisa hacia Hestia.
Acostado boca abajo sobre la cama y con la espalda desnuda, estaba recibiendo una actualización de <Estado>.
Hestia, quien estaba encima de él a horcajadas, tembló al momento de abrir el <Estado> de Bell.
-- I-Imposible... solo ha pasado un mes...
-- ¿Pasa algo, Kami-sama?
-- Ah, es solo que... puedes subir de nivel.
-- ¿Qué?
-- Eso, ya puedes subir al Lv. 4....
Hestia aumentó su nivel rápidamente, y no dudó en pasar el <Estado> a una hoja ya con letras en Koiné.
-- Ten, míralo por ti mis—
Antes de que se diera cuenta, o que su cabeza pudiera procesarlo correctamente, Bell se levantó de golpe.
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Danmachi: Destinados.
RandomVidas separadas, mundos completamente diferentes; todo fue mezclado de un momento a otro. Una responsabilidad que pasó a ser un indebido sentimiento. Sentimientos sacrificados y voluntades plasmadas. Bell Cranel, un chico de 14 años, desecha toda s...