Paso 1: Comer con clase

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Tengo que confesar que al principio me enfadé mucho. O, mejor dicho, muchísimo.

Entendía la parte en la que yo era un indeciso de mucho cuidado que necesitaba de la ayuda de Yoon Gi para casi todo todo pero me indignaba que no hubiera frenado al notar mi inseguridad y hubiera seguido adelante con el asunto de la cita.

Por eso le puse mala cara y le respondí con monosílabos cada vez que dirigió a mí durante toda la mañana. Pero él no se dio por aludido. Es más, ignoró mi mirada hosca y siguió con su talante de siempre, como si no hubiera roto un plato en su vida y lo del pasillo hubiera sido poco más o menos que una alucinación mía.

—¿No me vas a pedir perdón?

A última hora, no me pude contener y le toqué con el bolígrafo en la espalda, aprovechando que su asiento estaba justo delante del mío.

—¿Debería? —Se echó hacia atrás.

—No lo sé, dímelo tú —repliqué—. Te has autoproclamado mi casamentero oficial sin preguntarme primero si quería salir con Jung Kook.

—Es obvio que te mueres por hacerlo.

—Eso te parece a ti.

—Va, va, no te indignes —le restó importancia—. Tienes que reconocer que era una oportunidad de oro. Tómatelo como que te he dado un empujoncito.

—¿Empujoncito? —parpadeé—. Dirás más bien un empujonazo que me ha tirado por un precipicio.

—Ya verás que no. —Meneó la cabeza—. No te preocupes.

—¿Pero cómo no me voy a preocupar?

El timbre sonó. Mi amigo regresó a la atención a su mesa, recogió cuaderno y libros y, antes de que me diera tiempo siquiera a guardar mi bolígrafo en el estuche, ya estaba de pie, dispuesto a marcharse.

—Chao, Mimi. Te espero a las cinco en el restaurante de la señora Kim.

—¿Para qué?

La sonrisilla que me dedicó me sentó fatal. Por lo menos podía decírmelo. Qué mínimo después de todo. Pero no. Al parecer, "mínimos" y "Yoon Gi" no podían ir en la misma frase porque se limitó a agitar la mano y se marchó. Y yo me quedé ahí, rezumando enojo y recogiendo las cosas a cámara lenta.

Ya le valía. De verdad que sí. Me había convertido en el protagonista de una tragedia. A ver cómo salía ahora yo airoso. No iba a poder. No.

Sin embargo, como soy un simplón y todo lo olvido, a medida que las horas fueron pasando, el enfado se fue disipando, sobretodo cuando, ya en mi casa, me quedé absorto en las marcas oscuras que lucían en los apuntes.

Jo, qué suerte.

Tenía la huella de Jung Kook. Apostaba a que toda la manada de fans que le seguían a diario darían lo que fuera por tener lo que yo había conseguido de la forma más tonta. Además, mi situación le debía de haber causado mucho pesar porque hasta me había invitado a comer. Aunque, claro, sobre eso, seguía con las mismas dudas.

¿Podría Yoon Gi realmente ayudarme? Había dicho que tenía un Tutorial que me haría quedar divino. ¿Qué clase de guía sería? ¿Me enseñaría a poner poses estilo modelazo a lo Prada, mirar a lo lobo feroz y ser capaz de decir algo como "papi, cómeme entero"?

Ay.

Solo con pesarlo me entraba una crisis de pánico. No me veía yo, con mis gafas de culo de vaso, mis kilos de más y mis granos en esa actitud. Menos mal que no tardé en averiguarlo. De lo contrario la preocupación no me habría dejado dormir.

TUTORIAL ANTI-RECHAZOS  《YoonMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora