Capítulo 7

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Supongo que está bien no estar bien siempre, yo como humana también tengo mis días malos por eso es que hoy he decidido no acudir al trabajo en un principio no quería perder el día pero por el otro lado no estaría tan concentrada así que me he permitido quedarme en casa.

La razón de esto es que me he acordado de mi madre es decir, me acuerdo de ella todos los días pero hoy ha sido uno de esos en los que se me ha venido a la mente todo lo que pasó y también todos los momentos buenos, mi cabeza hoy no para de dar vueltas y lo peor de todo es que cuando me pasa no puedo pararlo.

Os cuento un poco la historia: Mi madre era una excelente doctora que trabajaba en un prestigioso hospital de Galicia es decir nuestro pueblo natal, entre sus compañeros era muy querida porque desprendía mucha ternura a la vez que dulzura entonces era una de esas personas a las que se les coge cariño muy rápido. De hecho a sus pacientes les encantaba que los atendiera ella, la calificaban como una mujer atenta y muy profesional en lo que respectaba al trabajo pero mi padre y yo tuvimos la gran suerte de conocer a este gran ser de luz fuera del ámbito laboral y era mucho más divertida al contrario que en su trabajo que siempre mantenía una gran seriedad, ella siempre decía que eso era producto de la gran concentración que ponía.

A parte de su trabajo ella tenía una gran afición que compartía con mi padre, era escaladora yo recuerdo un día que le pregunté que sentía cuando llegaba a la cima de la montaña y ella me contestó que era una sensación indescriptible pero que más o menos era como cuando llevas una mochila muy pesada y te la quitas pues igual porque cuando llegaba a la cima sentía libertad a la misma vez que satisfacción de haberlo logrado. 

Un día como de costumbre ella fue a escalar para pasar la tarde pero ese día mi padre estaba ocupado con asuntos del trabajo entonces no pudo acompañarla, a mí me aterraba la idea de que fuera sola ya que normalmente iban juntos pero pensé bueno ella sabe como asegurar bien los arneses ¿Qué podría pasar? mientras tanto yo ese día fui a casa de mi abuela que había hecho pastelitos para la merienda y así también aprovechaba para verla. Estuve con ella hasta que ya la tarde iba desvaneciendo ya de camino a casa  mi padre me llamó y me dio la terrible noticia que cambiaría mi vida.

Mi madre había fallecido de una caída, yo en ese momento no lo entendía ¿Cómo le ha podido pasar si siempre iba protegida?-le decía a mi padre, en ese momento estaba en estado de shock me parecía una especie de broma, no puede ser verdad es imposible porque hacía cuestión de tres o cuatro horas que la había visto es imposible no me podía pasar a mí solo tengo 16 años. Cuando llegué a casa papá no estaba así que imaginé que habría ido al sitio donde estaba mi madre y yo me tumbé en mi cama dándole vueltas porque no asimilaba que mi madre ya no estaba que no iba a hablar más con ella, no iba a reírme de sus tonterías, no volvería a regañarme por comprar muchas galletas o por sacar una nota muy baja en los exámenes. En definitiva no iba a poder escuchar más su voz pero a pesar de la llamada de mi padre no me lo creía.

A continuación cogí los cascos y puse mi playlist la cual era la misma que ponía cuando íbamos juntas en el coche, solo intentaba distraerme para que pasara el tiempo lo más rápido posible y que cuando mi padre llegara me dijera que todo había sido una pesadilla que había tenido.

¡¡Mira Laura!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora