Tras recorrer la academia evitando que las vieran escaquearse de las clases, Freen y Becky finalmente llegaron a la mansión de la vampira y subieron a la habitación que compartían.
Cuando Freen cerró la puerta con cerrojo se volvió hacia su amada y la hizo retroceder hacia la cama mientras besaba sujetando su rostro entre las manos. La hizo caminar hacia atrás hasta que Becky finalmente chocó contra el borde de la cama y sin más las dos cayeron sobre ella.
Freen dejó de besarla para apartarse de sus labios y así contemplarla a placer. Observó a Becky, tumbada en la cama mientras ella estaba a horcajadas sobre ella a la altura de la cintura, viéndola jadear con los labios rojos e hinchados, el pecho subiendo y bajando y los brazos echados sobre la cama a la altura de la cabeza, rendida a ella.
Esa imagen a la vampira le provocó ganas de morderla de nuevo, y ese deseo tiñó sus ojos de rojo carmesí. Becky al verlo se quedó embobada, pero no asustada ni aterrada. Con Freen nunca se sentía así, todo lo contrario. Sin dejar de mirarla extendió la mano hasta rozar los labios de la vampira, quien adivinando sus intenciones abrió la boca para así dejar expuestos sus colmillos.
Freen estaba hambrienta de nuevo, y eso a Becky le extraño.
Antes de ir a recibir a sus amigos había alimentado a Freen con su sangre; aún tenía su marca en el cuello, el cual lo tenía oculto por la ropa. Debería estar saciada por la toma de entonces, pero al ver esos ojos, esa mirada, y los colmillos vio que no era así.
—¿Quieres beber un poco más? —preguntó ella—. ¿No has tomado suficiente antes?
La voz de Becky de alguna forma hizo que Freen volviera de su trance debido a que estaba dejando que la sed de sangre la controlará; algo muy peligroso para alguien como ella. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido un instante de descontrol, pero por suerte esa vez no paso nada que lamentar gracias a lo que sentía por Becky; su afán por cuidarla y protegerla.
Becky vio como Freen cerraba los ojos con fuerza, después los relajó y cuando volvió a abrirlos volvían a ser negro, y los colmillos había vuelto a ser caninos humanos.
De repente, Freen se dejó caer sobre Becky y la abrazó con fuerza, rodeándola con los brazos y ocultando su cara en el hueco de su cuello. Aquello pilló por sorpresa a la rubia.
—¿Freen?, ¿qué pasa?
—Por un instante... he perdido el control.
—¿Eh?
—Me he dejado llevar demasiado y eso ha hecho que ansiara tomar toda tu sangre hasta dejarte seca, Becky.
Becky se sorprendió, y más cuando sintió que Freen temblaba entera contra ella. Queriendo calmarla la abrazó de igual modo, y eso hizo que poco a poco los temblores cesaran.
—Pero no lo has hecho —dijo Becky, serena y tranquila—. Has podido controlarte.
—Sí, gracias a que te he oído. Pero... tal vez la próxima vez...
No queriendo escucharla de esa forma tan insegura —algo impropio de Freen — la apartó para así cogerla del rostro con las dos manos, obligándola a que la mirara a los ojos.
—No habrá próxima vez porque tú eres la persona más controlada que conozco.
—Becky...
—Hasta hace unos minutos me has propuesto hacer público lo nuestro, y ha sido el momento más feliz de mi corta vida. Por favor, no lo estropees y follemos como locas, como nos gusta hacer.
Al escucharla, Freen empezó a reír a carcajadas, dejando perpleja a Becky. Cuando pudo dejar de reír un momento, Freen la tranquilizó diciendo:
—Si que has cambiado. Antes no hablabas de esta forma tan directa.
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Academia Youkai #2
Vampirostras dar el paso de tomar la sangre de Freen, Becky estaba convencida de que nada y nadie podría separarla de Freen, pero... Los problemas no han terminado del todo. Solo ha comenzado. El pasado de Becky a llegado a la academia Youkai, y no viene s...