Los rayos del sol se filtraron por las cortinas que medio cubrían las ventanas y alcanzaron los ojos de una Irin que estaba durmiendo plácidamente en su cama. Cuando la luz la despertó gruñó molesta e intentó darse la vuelta para seguir durmiendo, pero al moverse noto que había alguien más tumbado en la cama a su lado, y se terminó de despertarse.
¿Quién más estaba con ella? ¿Acaso era Baeng otra vez? ¿Se habían acostado de nuevo? No lo recordaba. Molesta quiso gritarle para que se marchara, pero cuando prestó atención a quien estaba a su lado se quedo muda de asombro.
No era Baeng quien estaba tumbada a su lado. Era... ¡¿Becky?!
Irin parpadeó tanto confundida como asombrada de verla allí tumbada y... ¡desnuda!, en su cama del dormitorio femenino de la Academia Youkai. ¿Qué estaba pasando?
En ese momento Becky abrió los ojos somnolienta y la miró, entonces le sonrió encantada.
—Buenos días, ¿Ya estás despierta? —preguntó la rubia frotándose los ojos.
—Pero... ¿cómo es que tú...?
Becky la miró confundida al ver a Irin mirándola con sorpresa.
—¿Qué ocurre, cariño? ¿No has dormido bien?
"¡¿Cariño?!"
Petrificada por lo que estaba pasando, Irin se sorprendió aún más cuando Becky se acercó a ella y la abrazó con ternura y amor, acariciándola por debajo de las sabanas, percatándose entonces de que ella también estaba desnuda. Notó como Becky acariciaba sus nalgas sin ningún pudor, y entonces, para más confusión para ella, Becky la besó en los labios; un beso apasionado con lengua.
—¿Te quedaste con ganas de más anoche, tal vez? —preguntó la rubia tras dejar de besarla un momento—. ¿Acaso te dejamos insatisfecha?
Irin hubiera estado más que encantada de seguir con ese momento que tanto había esperado vivir con la persona que amaba, pero algo que Becky dijo le hizo fruncir el ceño.
—¿Dejamos? —repitió ella— ¿De qué...?
Antes de que pudiera seguir hablando, Irin notó que alguien estaba detrás suyo, también desnuda en la cama con ellas, acariciándola suavemente con la punta de los dedos de la mano. Cuando se giró sobre el hombro, vio para su horror que era Freen Sarocha, quien con sus ojos rojos y colmillos a la vista, tenía resto de sangre en los labios, los cuales se relamió con sumo gusto.
—¿Te has quedado con ganas de más, amor? —preguntó la vampira de pelo negro, apartando el pelo de Irin para ver su cuello.
Irin se percató entonces de que sentía un ligero escozor en ambos lado de su cuello, y al tocarse y mirar su mano vio resto de sangre. Tenía mordidas que aún le sangraban. Alarmada miró a Becky por ayuda, pero al volver a mirarla vio que los hermosos ojos grises de la rubia habían cambiado a rojo, y sus caninos había crecido hasta ser colmillos, relamiéndose también la sangre que aún degustaba.
—¿Becky?
—Tu sangre es deliciosa, Irin —ronroneó Becky, obligando a Irin a volver a tumbarse y quedar a la disposición de ambas vampiras—. Quiero más...
—Becky, ¡no!
—Vamos a seguir disfrutando —sugirió Freen, quien le estaba sobando los pechos.
—¡No!
Las dos vampiras sonrieron con perversión y cuando abrieron la boca para volver a morderla, Irin dio un grito desgarrador.
De golpe Irin abrió los ojos al mismo tiempo que saltaba hasta quedar sentada en la cama. Se vio en su habitación, sola y vestida con su pijama de franela azul. Su corazón latía con fuerza y su cuerpo estaba sudando a chorros. La pesadilla había sido muy real.
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Academia Youkai #2
Vampirtras dar el paso de tomar la sangre de Freen, Becky estaba convencida de que nada y nadie podría separarla de Freen, pero... Los problemas no han terminado del todo. Solo ha comenzado. El pasado de Becky a llegado a la academia Youkai, y no viene s...