Una Historia

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Lunes 7 de julio del 2025:

Shhh..! No hagan ruido Yorii sigue dormido y hoy es el Tanabata o fiesta de las estrellas pero no solo eso también es su cumpleaños y prepare algo muy especial ya que lejos de nuestro hogar no podemos celebrar algo de nuestra cultura, le hice un teatro de papel, llevo media mañana tapizando las ventanas de negro y cualquier entrada de luz, ahora avise a la universidad que me siento mal y bueno el bello durmiente ya despertó.

-Feliz cumpleaños dormilón!!- Bese todo su rostro hasta hacerle cosquillas haciéndolo qué de un movimiento veloz me tomará por la cintura y me tumbara en la cama debajo de el.

-Feliz cumpleaños dormilón!!- Bese todo su rostro hasta hacerle cosquillas haciéndolo qué de un movimiento veloz me tomará por la cintura y me tumbara en la cama debajo de el

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-Aun no amanece ojos de luna, acaso quieres darme mi regalo de madrugada!-

-De hecho ya son las 9:45 mi vida y el regalo ya empezó!- Bese sus labios jalando su cabello para pegarlo más a mi cuerpo, hasta que se separo preocupado.

-Tus clases quede de llevarte y ya vamos tarde!!-

-Jajaja calma avise que no iría, como crees que iría a tres tontas clases cuando el ser que más amo cumple un año más de vida!!- Me abrazo con mucha fuerza y luego me beso para después sentarse en la cama conmigo en sus piernas y resitar las más bellas palabras.

-"Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor"
Te amo Amaru eres la mujer perfecta!-

-Jajaja eres el amor encarnado en hombre... Te amo Yoriichi eres mi príncipe de cabellos de fuego! Ahora permiteme!- Me levante poniendo en una mesita su desayuno especial el cual constaba de fruta picada con miel y avena, pan francés, huevos estrellados con tocino, jugo de naranja y café bien cargado.

-A desayunar guapo, solo ten cuidado el café esta bastante caliente!!-

-Gracias mi cielo, todo luce delicioso!!- Me acomode a su lado y lo mire perdida en su bellas faciones y aquella marca de nacimiento qué cubre parte de su frente.

-Listo para la segunda sorpresa??-

-Siiiiiii!!-

-Excelente!!- Acomode el proyector y comenzó a correr la hermosa leyenda sobre Orihime e Hikoboshi, la Princesa y el pastor de bueyes, que se convirtieron en estrellas; la leyenda de Tanabata.

"Cuenta la leyenda que Orihime (Princesa Tejedora) era una princesa de excepcional belleza, hija de Tenkou (Rey del Cielo), que cada día tejía hermosas prendas junto a la orilla del Amanogawa (Vía Láctea). Las telas que confeccionaba eran el mayor orgullo de su padre y por eso ella trabajaba constantemente en su obra. Pero un día, cuando bajaba al río, Orihime se cruzó con Hikoboshi, un joven y apuesto pastor de bueyes. El amor surgió rápidamente entre ambos y, aunque trataron de ocultarlo, pronto llegó a oído del padre de ella. Preocupado por la felicidad de su hija, el Rey del Cielo arregló el matrimonio entre Orihime e Hikoboshi, sin embargo, una vez casados, su amor ocupaba todo el tiempo de los amantes y ambos descuidaron sus tareas. Orihime ya no tejía telas para Tenkou y Hikoboshi permitía que sus vacas se desviaran por todo el cielo. Enfadado, Tenkou convirtió a los enamorados en estrellas y los separó a través del Amanogawa (Vía Láctea), prohibiéndoles encontrarse de nuevo, Orihime se entristeció mucho por la pérdida de su esposo y le pidió desconsolada a su padre que se apiadara de ellos.
Finalmente, el Rey del Cielo se conmovió con las lágrimas de su hija y permitió que los dos se encontraran el séptimo día del séptimo mes si trabajaba duro y terminaba de tejer. La primera vez que intentaron encontrarse descubrieron que no podían cruzar el río porque no había puente, Orihime lloró tanto que apareció una bandada de urracas y prometieron hacer un puente con sus alas para poder ayudar a Hikoboshi a cruzar el río y reunirse con su amor. Así sucede cada año, una sola noche en la que Orihime e Hikoboshi son libres para amarse antes de volver a sus obligaciones.

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