Mockingbird. [Libro 1]

Capítulo 3.

El golpe le llegó justo cuando estaba a punto de enviarle un mensaje a Carlos para que fueran a comer, perdió el equilibrio, provocando que dejara caer su celular.

Se giró molesto, preparado para decirle unas cuantas cosas al descuidado que lo empujó. Bajo la vista y vio a un niño rubio sobándose la frente.

—Lo siento mucho, discúlpeme.

Una mujer joven venía casi corriendo, empujando un carrito de bebé. La reconoció de la foto de Max, al igual que al niño.

—Se soltó de mi mano y echó a correr —explicó ella— Duncan, discúlpate con el señor.

—No hace falta —Checo recogió su celular, afortunadamente no le había pasado nada— y no seas tan formal, se supone que somos íntimos amigos, Joelle.

Ella le mostró una sonrisa radiante al reconocerlo.

—Oh por Dios Checo —soltó el carrito para abrazarlo— que gusto verte.

Cualquiera que los estuviera viendo diría que en realidad si eran buenos amigos, Checo esperaba que alguien hubiera tomado una foto del momento, solo para mantener la farsa un poco más sólida.

Joe lo soltó y volvió a sujetar el carrito, echando un vistazo primero al interior, para asegurarse de que Haylie siguiera durmiendo.

—¿Que estás haciendo aquí sola? —preguntó al darse cuenta que la chica estaba perdida— ¿Dónde está Max?

—Tenía que hablar con uno de sus ingenieros o algo así, creo que tuvo un problema de algo que no entendí con una cosa de la que ya olvidé el nombre —se encogió de hombros— le dije que iría a comer algo, pero mientras caminaba por aquí me di cuenta de que no sé dónde hay un lugar para comer.

Listo, esta chica le agradaba. Había hablado poco con ella pero ya lo había hecho sonreír.

—Estaba a punto de ir a comer con un amigo, acompáñanos.

Sergio le envió un mensaje rápido a Carlos, informándole que Joe los acompañaría, el español le contestó casi de inmediato, era obvio que aceptaría, todos estaban muy intrigados por conocer a la amiga de Max, por más que trataban no podían hacerse una idea de cómo sería ella, claro, amable y simpática no eran las primeras palabras que se le vinieron a la mente, pero lo había sorprendido.

Carlos ya había llegado e incluso tenía una mesa. Checo se apresuró a presentar a sus invitados.

—Carlos, ella es Joelle, la amiga de Max, Joe, él es Carlos, piloto de Ferrari.

Carlos estiró la mano para saludarla formalmente, pero Joe lo ignoro y en cambio le dio un abrazo amistoso, Carlos le regreso el gesto, sorprendido. No es que no le gustaran los abrazos, pero a simple vista le pareció que podría tener la personalidad de Max, Joelle era alta, con un cabello castaño que le caía en ondas hasta la cintura, parecía de esas mujeres que conocen su belleza y la utilizan a su favor. Estaba claro que se había equivocado.

—Espero no importunar, estábamos algo perdidos y con hambre, nos encontramos a Checo y nos invitó.

—Por supuesto que no, ya tenía ganas de conocerte.

—Y él es Duncan —Continuo Sergio. El niño le dio un choque de puños— Haylie duerme dentro del cochecito, así que la conocerás después.

—No lo puedo creer —dijo Carlos en español, al tiempo que tomaban asiento— es simpática.

—Yo también pensé que sería como Max, pero ella si me agrada.

—Eso es porque Max y yo somos como el agua y el aceite —les respondió ella en el mismo idioma— no nos parecemos en nada.