Mockingbird. [Libro 1]

Capítulo 17. Parte 2.

Carlos había salido de aquel lugar en cuanto vio a Joelle y a Hamilton sacar a Lando casi a rastras. Se le veía bastante mal.

Beth, cansada de ser ignorada toda la noche por el español, desapareció sin más ¿a dónde había ido? Él no lo sabía y tampoco le importaba.

Siguió el auto de Hamilton a una distancia prudente, sabía a donde se dirigían, así que no era problema para el mantenerse bastante detrás de ellos, era preferible a que lo vieran.

Carlos era consciente de las intenciones que tenía Lando para aquella noche, sabía perfectamente de los sentimientos del menor y cuando, muy emocionado, lo invito a aquella fiesta, supo de inmediato lo que planeaba. Conocía tan bien al chico que no necesitaba que le contara sus planes para saber lo que tramaba. Por eso, cuando conoció a Beth, vio en ella la oportunidad para evitar aquel desastre.

Lando era una buena persona, un chico lindo, amable y extremadamente inocente, no tenía idea de lo que era el mundo real, vivía en un cuento de fantasía, de esos que terminan con un "y vivieron felices para siempre" pero la realidad era otra, una muy distinta de lo que él pensaba. Los cuentos terminan así porque nadie quiere escuchar lo qué pasa después del "felices por siempre" él lo sabía y por eso no podía corresponder los sentimientos de su amigo.

Si bien, cuando vio su expresión al verlo con Beth, aquella que gritaba a todas luces que algo se hacía añicos en su interior, quiso echarse para atrás, abrazarlo y decirle lo que en realidad sentía. Se odiaba a si mismo por ser el quien rompiera su corazón, pero sabía perfectamente que era lo mejor, aquello le dolió, lo sabía, pero sería peor si sus sentimientos crecían y se diera cuenta después de la clase de persona que en realidad era él.

Se repitió varias veces que era lo mejor, que estaba haciendo lo correcto. También había notado que Joelle le pasó a Haylie para distraer al chico, después de aquello ella lo había acompañado al garaje y lo había tranquilizado, no tenía forma de agradecerle por cuidar tan bien de él.

Lo que no había anticipado era verlo con Max, sabía perfectamente que solo lo hacía para ponerlo celoso y había funcionado. Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no levantarse y golpear a Verstappen y aunque aquello había sido fingido por ambos, no pudo evitar pensar que en algún momento no lo sería, que Lando lo superaría y encontraría otro amor, uno que pudiera corresponderle como era debido, alguien que lo hiciera feliz, sabía que aquello le rompería el corazón, como él lo había hecho al mostrarse con la rubia, pero Lando se merecía algo mejor a lo que él podía ofrecerle.

Llegaron al hotel y vio como Joelle y Hamilton subían a Lando a su habitación, los vio cerrar la puerta y espero varios minutos hasta que ambos salieron. Decidió esperar unos minutos más antes de acercarse.

Tenía la tarjeta de acceso de la habitación del chico, siempre le daba la tarjeta extra a él, era tan típico en ellos que seguramente Lando hubiese olvidado que la tenía. Abrió la puerta y lo vio tumbado sobre la cama, supuso que Joelle le había quitado los zapatos y lo había acomodado.

Aún dormido su gesto transmitía una profunda tristeza. El español sintió como su propio corazón se contraía. Se sentó a su lado y en una impulsiva acción, acarició su cabello. No creía posible que Lando lo perdonara después de lo que había hecho y, aunque así fuese, sabía que no sería lo mismo, no podía seguir dándole esperanzas sobre algo que no pasaría jamás.

Esto era todo, jamás había ocurrido algo realmente entre ellos y aun así, se sentía como si estuvieran terminado, quizás así fuera, porque si de algo estaba seguro, era de que jamás sentiría algo tan especial e intenso como lo que sentía por el chico que dormía profundamente a su lado.

Lo observo unos segundos más, tratando de grabar en su memoria aquel rostro, no quería apartarse, pero era muy probable que Joelle regresará y no quería explicar que hacía ahí.