Capítulo 36. Epilogo.

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Las siguientes dos semanas Max pasó su tiempo ocultándose en su habitación, no quería ver ni hablar con nadie.

Sus comidas se limitaban a cereales y su único entretenimiento era ver los perfiles de Joelle y Sergio cada cinco minutos.

Habría seguido así de no ser por Christian, quien se apareció un día en su departamento.

Max abrió la puerta de mala gana, esperando ver al chico que le llevaba las compras.

Horner lo miro de arriba abajo, llevaba puesta su pijama, en realidad no se la quitaba nunca, una playera de las que Sergio había dejado en su casa y sobre los hombros, para cubrirse del frío, la manta favorita de Joelle, aunque era pleno agosto, pero a él le gustaba poner el aire acondicionado al máximo.

—Luces patético —le dijo el mayor.

El departamento era un desastre, había ropa tirada por todas partes y por la cantidad de vasos y platos sucios, Christian imagino que no tendría ninguno limpio.

—Llamaré a limpieza, dúchate y vístete mientras tanto.

—¿Por qué?

—Porque apestas.

—Me refería a porque estás aquí.

—Porque supuse que estarías solo, no me imagino a Jos consolándote o dándote apoyo, necesitas a alguien de tu lado que te diga que todo estará bien y esas cursilerías paternales.

Max asintió y se dirigió al cuarto de baño, no porque sintiera ganas de meterse a la ducha en realidad, sino porque no quería que Horner lo viera llorar, de nuevo. Christian había estado con él durante los días que Joelle pasó en el hospital y después de su ruptura con Sergio, supuso que así era como debería ser un buen padre, todo lo que Jos jamás había hecho por él.

Cuando salió, completamente limpio, su departamento ya no parecía un basurero. Christian había pedido algo de comer, hacia mucho que no comía algo que no estuviera compuesto de hojuelas de arroz con azúcar.

—¿Qué piensas hacer?

—¿Sobre qué? —Max se sentó en uno de los bancos en la barra de la cocina.

—Esto —Horner lo señalo a él— Checo te dejo porque no estas preparado para una relación y Joelle se fue porque se dio cuenta que necesitaban sanar, ella tomó acciones al respecto ¿tú que harás?

—No lo sé, yo... no lo había pensado.

—Tal vez ¿terapia? Trabajar tu control de la ira, el apego emocional, los traumas de tu infancia, tu relación con tu padre y la pérdida de Juliette, podría ser un inicio ¿no crees?

Max asintió, podría hacer eso.

—Gracias Christian —el mencionado sonrió— por todo.

***

Max volvió a concentrarse en el campeonato, era lo único que le quedaba ahora, el siguiente Grand Prix después de terminar con Sergio y que Joelle se fuera fue como una tortura para él, otra vez volvía a estar solo, como al inicio de temporada. La cordialidad y amabilidad de Sergio le dolían, quería más que eso, más que ser su amigo, pero no le era posible, él había arruinado las cosas y eso solo lo hacía peor.

Lando y George ni siquiera se dignaban a mirarlo, sabía que lo culpaban por el hecho de que Joelle se fuera.

Sergio volvía a estar con el trío hispano, sabía que no podía odiar a Fernando después de que le mostró el video a Checo, pero una pequeña parte de él lo odiaba por eso, porque con aquel acto el español se ganó el perdón del mexicano.

Mockingbird. [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora