Capítulo 4. Parte 2

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Joelle había terminado por fin su examen, fueron casi tres insufribles horas de preguntas con respuesta múltiple, eran las que más odiaba pues solían ser muy confusas.

Había dejado la escuela cuando tenía quince años. Durante unos meses intentó asistir a clases y trabajar al mismo tiempo, pero aquello no resultó bien. No había tenido la posibilidad de retomar sus estudios, hasta el año pasado, cuando Max le ofreció que vivieran juntos.

Al principio le avergonzaba decirle que quería regresar a la escuela, pensaba que ya estaba demasiado mayor y que el la tacharía de ridícula o que se burlaría de ella por lo ignorante que era. Claro, esas eran opiniones que se había creado ella misma. Pero cuando por fin tuvo el valor de decírselo, él la felicito por tomar aquella decisión, a veces incluso, cuando estaba en casa, la ayudaba a estudiar para sus exámenes. También le había insistido en estudiar alguna carrera después de terminar su educación básica.

Se dirigía justo a decirle que ya lo había pensó y que quería continuar estudiando cuando escucho que la llamaban. Se giro y vio a un chico alto, de cabello negro y bien parecido.

—Si eres Joelle ¿cierto?

—Así es ¿y tú eres?

—Esteban —el chico estiró la mano, ella lo habría saludado como siempre hacía, con un abrazo o un beso en la mejilla, pero algo la hizo detenerse y estrechar su mano— soy... amigo de Max.

—Vaya, estos días he estado conociendo a muchos de sus amigos.

—¿Estás libre? Iba a tomar un trago al bar del hotel, acompáñame y nos conocemos un poco.

Ella sacó su celular y vio la hora, ya habían pasado más de tres horas desde que Max estaba solo con los niños, seguramente se estaría volviendo loco.

—Tal vez en otra ocasión, mis hijos me esperan.

Ella le dedicó una sonrisa y se giró para continuar su camino, pero él la retuvo, sujetándola por la muñeca.

—Creía que solo tenías un hijo —Ocon la soltó y saco su celular— dame tu número para que pueda llamarte más tarde y nos tomemos ese trago.

—Tengo dos hijos, Duncan y Haylie —explico Joe algo incomoda. Si bien no era la madre biológica de Haylie y nunca pensaría en reemplazar a Julie, Haylie era su hija tanto como Duncan— y estaré ocupada esta noche cuidando de ellos. Adiós.

Esta vez no la retuvo, pero avanzó unos pasos para caminar junto a ella.

—¿Y papi Max no puede cuidarlos para que tú te diviertas un rato? ¿O cómo funciona su relación? ¿él puede tener todas las libertades mientras tú tienes que quedarte y cuidar de la hijastra que decidió adoptar? Creo que eso te convertiría más en su empleada.

Joelle era una persona realmente paciente, pero tenía un límite, como todas las personas.

—Escucha idiota, aprende a aceptar un no y lárgate de mí vista.

El chico la tomó del brazo en un movimiento rápido, empujándola contra la pared.

—Estoy dispuesto a duplicar lo que sea que te esté pagando Verstappen, ni siquiera tienes que dejarlo, no me molesta compartir.

—Oye Ocon —el piloto de Alpine soltó a la chica de inmediato al escuchar la voz de Hamilton— es de mal gusto ofrecer dinero al invitar a salir a alguien.

Joelle se quedó pegada a la pared aunque el agarre de Esteban ya no estaba, cerró los ojos intentando respirar, aquella acción la remonto a sus días en Los Ángeles, cuando cerraba los ojos y trataba de desconectarse del mundo en un intento por no sentir tanto dolor.

Mockingbird. [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora