Capítulo 24.

2.7K 324 259
                                    

—Mierda ¿de dónde salieron todas estas personas? —le preguntó Joelle a Lando intentando hacerse oír por encima de la música.

—Trabajan muchas más personas en los equipos de lo que crees Joe.

Era verdad, ella solo conocía a algunos miembros del equipo de Red Bull y unos pocos de McLaren y Mercedes gracias a Lando y Lewis.

—Oye ¿has visto a Max? —el acento tan conocido del mexicano la hizo girarse— no lo encuentro.

—No, pero si lo veo le diré que te busque.

Sergio negó con la cabeza.

—Es tarde, me iré ya, dile que lo veré mañana.

Joelle acompaño a Sergio hasta la puerta y despidió de él.

—Joelle —Gasly y Yuki traían a Dani casi a rastras— dinos qué hay otro baño, creo que Dani vomitará.

La chica los guio entre la multitud hasta una de las habitaciones, dos de ellas tenían baño privado, pero no recordaba cuáles eran, apenas había tenido tiempo de recorrer el lugar y aún no estaba familiarizada. Entraron a la habitación y Ricciardo casi corrió al baño, escucharon unas voces que provenían del balcón.

Joelle les hizo una seña y se aproximaron con sigilo. Eran Max y Arthur ¿qué hacían ahí solos?

—Vamos, enserio no puedo creer que te guste esta nueva vida —decía el menor— solías estar todo el tiempo de fiesta y eso de que estás en una relación con ese piloto de segunda, no pega contigo hermano.

—No es un piloto de segunda —Max no parecía molesto porque hubiesen insultado a su novio, no era común en el— creo que tiene gran potencial, no a mi nivel, pero es bueno y ya sabes, Julie murió y las cosas cambiaron para mí.

—¿No extrañas tu vida? Ser libre, sin responsabilidades, tener tu propio tiempo para ti.

Joelle movió la cabeza para que los chicos comenzaran a avanzar y salieran todos de ahí, ninguno de ellos tenían porque estar escuchando esa conversación, además, se notaba a kilómetros que Max estaba ebrio.

—Todo el tiempo, no sabes cómo extraño mi vida —las palabras de su amigo la hicieron pararse en seco— estoy harto de pisar juguetes cada que salgo de mi habitación, de tener que guardar silencio porque Joelle tiene algún estupido examen y de tener que cargar con ellos a cada maldito lugar al que voy. Quiero tener mi vida de regreso.

Joelle sintió las lágrimas calientes correr por sus mejillas. Entonces, Arthur hizo contacto visual con ella, Yuki le dio un jaloncito a su falda, como para avisarle que habían sido descubiertos, pero el monegasco hizo como si no estuvieran ahí y continúo hablando.

—Nadie te obliga a estar con ellos y nadie te culparía si decidieras dejarlos, es más, ni siquiera tienes que abandonarlos completamente, solo envíale dinero a la chica cada mes y verás que se quedará en casa sin molestar. Además, no tiene nada de clase, perdón hermano, pero había que decírtelo, lo que tiene de bonita lo tiene de corriente.

Max se rio del comentario. Joelle no podía creer que su amigo se estuviera riendo por aquello, cuando él siempre quería matar a cualquier persona que la insultara en lo más mínimo, aunque solo la miraran de mala forma, Max siempre la había defendido, pero esta vez no lo hizo.

—No digas estupideces Arthur, puede que en ocasiones sea difícil, pero yo los amo, solo que a veces quisiera regresar en el tiempo, pero no podría vivir sin ellos.

Gasly hizo una seña apuntando a Dani que salió del baño y los tres regresaron a la puerta, si hacían demasiado ruido los escucharían de afuera. Salieron de la habitación y Ricciardo se apoyó en Yuki, quien se tapaba la nariz por el olor a vomito.

Mockingbird. [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora