Capítulo 18.

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Para suerte de Joelle, despertó antes que Lewis. Bajó de la cama, tomó su ropa y sus zapatos y salió lo más silenciosamente posible.

No quería ni imaginar lo que haría Max si se enteraba de que había pasado la noche con él en lugar de con Lando, como le había dicho que haría. Eran apenas las siete de la mañana y dado lo tarde que llegaron, supuso que Max aún estaría dormido, no sabía si había regresado al hotel.

Se sintió aliviada cuando llegó al ascensor, solo tenía que bajar e ir a la habitación de Lando para devolverle su tarjeta. Las puertas se abrieron y sintió que el alma se le caía a los pies. George Russell estaba adentro.

¿Qué hacía despierto a esa hora? Llevaba el cabello húmedo y olía a jabón, ¿es que él no estaba cansado como todos?

—Yo... —comenzó a decir la chica mientras entraba al elevador, pero él le pasó un brazo por los hombros y la interrumpió.

—Ni lo digas, se a quien le pertenece esa sudadera. Seré un tumba, no le contaré a nadie sobre Lewis y tú.

—No hay un "Lewis y yo" ¿entiendes?

George asintió y le guiño un ojo, las puertas del elevador se abrieron nuevamente, Joelle bajo y el chico la siguió.

—¿Se puede saber a dónde vas a esta hora? —preguntó desconcertada, al ver que la seguía por el pasillo.

—Con Norris, anoche cuando volví del bar, vi a Sainz salir de su habitación, parecía que estaba ocultándose, creo que a Lando le gustara saber eso.

Joelle se paró en seco.

—Lando estaba dormido, yo lo dejé en su habitación —seguramente el español había entrado después de que ellos salieron— no, escúchame bien, no le dirás nada a Lando, no hasta saber exactamente qué fue lo que ocurrió. Hablaremos con Carlos después, pero por el momento, mantén la boca cerrada.

Lando seguía durmiendo cuando entraron a su habitación, Joelle se cambió rápido de ropa, regresando a la minifalda y el top de lentejuelas, tomó el saco de su amigo y se lo puso sobre los hombros.

No confiaba en que George mantuviera la boca cerrada, así que lo arrastró con ella fuera de la habitación y lo envío a la lavandería. Max no se podía enterar de que había pasado la noche con Lewis, aunque no hubiesen hecho nada malo, así que le pidió a George que se encargara de mandar a lavar la ropa y regresársela a su dueño cuando estuviese lista. George acepto de buena gana, encantado de tener información que el resto de sus compañeros desconocía.

Joelle agradeció no encontrarse con nadie de camino a la habitación de Max. En cuanto abrió la puerta lo vio sentado sobre la cama; duchado y cambiado completamente, le sorprendió ya que aún era muy temprano.

—Lo bese de nuevo —soltó el chico en cuanto su amiga hubo entrado a la habitación.

Joe soltó los zapatos, que aún llevaba en la mano y se masajeo el puente de la nariz con fuerza.

—Necesito una ducha y un café.

La chica siguió de largo ignorando a su amigo, directamente al cuarto de baño. Cerró la puerta y comenzó a desvestirse.

Max espero dos minutos después de escuchar el chorro del agua cayendo para entrar.

El acabado mate de las puertas le daba a la chica algo de privacidad, tenían unas parecidas en casa, por lo que no era extraño para ellos entrar al baño mientras uno de los dos se duchaba, no es que solo tuviesen un baño, pero charlar en aquel lugar se había convertido en algo de ellos.

—Ok, habla —Joe cerro la llave del agua.

—Anoche lo vi entrar al baño solo, así que lo seguí y... no lo sé, estaba ebrio y molesto porque había pasado toda la noche con Hamilton y el parecía estar molesto porque yo había pasado la noche con Lando, después nos besamos, alguien intentó abrir la puerta del baño, salimos y yo regrese al hotel con Charles

Mockingbird. [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora