Buenos días Upper East Siders, para mi es un honor ser la mensajera de esta noticia que está a punto de cambiarlo todo...pero antes les propongo un juego.
Adivinen quien gana el premio al traidor del año.
¿Millie o Finn?
-inspirada en gossip girl...
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Ah.. la portada de teen vogue ¡que espectáculo de la realeza juvenil! No es sorpresa que la joven nepo baby gateando en las pasarelas de Moschino haya sido invitada por la revista, quien si nos sorprendió con su presencia fue la hermosa heredera de mal carácter. Aunque pensándolo bien toda It Girl de Manhattan merece su espacio en Vogue, más aún si ha dado tantas controversias como mi protegida reina de corazones.
¡Wait! S y M al parecer no son las únicas invitadas de Lincoln a aquel último piso de la torre Trump. ¡Pero claro! Aquel bomboncito rockero y su fresca vibra de malibu no podía perderse de la fiesta, menos luciendo tan Jovi.
— Sadie si no respondes te juro por mi Birkin que voy a... —murmura alejando a la maquillista de sus mejillas por un momento en un intento de tener mayor privacidad, a su lado la silla vacía con el nombre de su amiga en su espalda seguía irritándola igual o peor que desde el momento en el que llegó . Los habían citado a las 8 am, y tratándose de producciones de ese nivel todos saben que -aún más con vogue- lo más profesional es llegar veinte minutos antes para asuntos de maquillaje y asesoría del fotógrafo. Más cuando se trata de una convocatoria tan grande como lo es la portada de teen vogue. Es decir, en esa misma sala estaba Kit Connor, Mudde Apatow, y personalidades extranjeras que con sus exóticos genes logran hacerla sentir como un bebé en pañales como Lorenzo Zurzolo, Valentina Zenere y Manu Rios.— ¡Ahg! —gruñe de frustración al escuchar nuevamente el buzón de voz. Furiosa — Escúchame una cosa ¡y escúchame bien Sink! Puedes llegar tarde a una cita con tu novio, con tu nana o incluso conmigo pero nunca ¡nunca! Haces esperar a Vogue, menos si estas creciendo como modelo ¿acaso estas tonta..? — entonces siente una presencia caer en el asiento de su pelirroja amiga y no hace mas que bufar y palmear sus piernas satisfecha, se había cansado de estar sola.— ¡En hora buena! Te dignaste a aparecer.. —bromea volteando, según ella, a verla. Sin embargo no se trataba de Sadie, en cambio era joven de cabello castaño claro que caía sobre su frente y ojos tan claros como el mas despejado de los cielos, vestimenta colorida y accesorios extravagantes, que la miraba entretenido.
— Vaya, si sabía que me ibas a recibir de esta manera me hubiese acercado antes. —comenta coqueto aceptando la botella se agua que una asistente le ha facilitado.
— Claramente no hablaba contigo, no te conozco. —responde sin más regresando su vista a su teléfono por más grosera que parezca, el chico había iniciado la conversación de una manera muy altanera, una manera que a una chica como ella no le gustaba para nada.
— En cambio yo a ti te conozco. —comenta con picardía distrayéndola de su teléfono, incrédula por su descaro, logrando que el muchacho sonriera por solo haber acaparado su atención de una manera tan simple. — No suelo decirle esto a todo el mundo, pero tengo un don, se leer a la gente de manera casi perfecta con solo una mirada.
— ¿Cómo un telepata?
— Parecido. —simplifica sin más, capturando una mirada simpática de la muchacha que claramente no le cree en lo absoluto. Sin embargo el solo se inclina y se concentra mirándola fijamente, tanto como para llegar a incomodarla.— Terca, dominante, no crees en las cosas que no puedes ver ni tocar a menos que se trate del karma, seguro tienes problemas de confianza y eres lo suficientemente mimada como para ser la hija menor pero algo en tu fácil irritación me dice que dejaste de serlo no hace mucho. —escupe casi como si tuviera bajo la manga una biografía de su vida.— Tu enfermiza forma de hablarle a tu amiga demuestra que tienes mucho poder sobre la gente y que te gusta tenerlo, quizás demasiado, y por eso ya no intentas ser amable. Además de que revisaste tus mensajes unas 20 veces desde que llegaste por lo que asumo estas esperando que alguien te llame, quizás un pretendiente, pero te reprimiste cada vez que intentaste chequear tu celular por lo que de seguro acabas de salir de una mala relación ¿Un típico caso de "puedo cambiarlo" y al final no, quizás? —vaya, lindo, psicópata y calculador. Justo su tipo.— Además de que justo ahora debes estar pensando que estoy loco, pero también que soy muy lindo.
