baby now we got problems

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2 días: 25 minutos: 10 segundos

Las mañanas en Nueva York parecían salidas de una película, todos tenían prisa y un lugar a donde ir, los semáforos eran un enemigo público y quizás por esa razón nadie los respetaba hasta que algún taxi atentara con la vida de alguien, los desayunos eran para llevar y las parejas se tomaban de la mano y se despedían en la puerta del metro con un corto beso escaso de amor. En el Upper East Side la rutina cambia, el apuro sigue allí y corre al ritmo del sol, pero nadie se preocupa por ello. Llegar tarde es parte de la vida y no había nada más sencillo de comprar para la clase alta que la puntualidad. ¿Quince minutos tarde? El transito estaba pesado, podría haber tardado treinta. ¿No desayunar para llegar a tiempo a clases? ¡Por favor! Se trata de la comida más importante del día, no valía la pena sacrificarla por una estúpida clase. ¿Faltan cinco minutos para entrar? Aún hay tiempo para que plancharan esa camisa, es mejor llegar impuntual y verse genial antes de llegar a tiempo y lucir como si tomará el metro.

Ese era el caso de todos, no había excepción alguna, después de todo a los niños ricos poco se les enseñaba al respecto de cumplir normas de orden público, y por esa misma razón The Royal Academy of Lincoln apuntaba la falta de puntualidad a partir de veinte minutos de atraso. De lo contrario todos sus estudiantes serían expulsados por falta de disciplina y nadie pagaría las carísimas cuotas mensuales.

A unos diez minutos de que el plazo amistoso se termine una pareja se pasaba saliva aproximadamente en una de las mesas de descansó en la gran entrada, justo al lado de la estatua que hace honor al nombre de la institución. A la vista de todos el reciente aniversario no había ocasionado más que esos dos terminarán por unirse por completo, se los veía felices, enamorados, dispuestos a dar la vida por el otro en caso de ser necesario. Paseaban por los pasillos de la mano con un destello cálido en sus ojos, incluso desayunaban juntos en las escaleras del Met irrumpiendo con la sagrada tradición de ser a penas cuatro muchachitas de grandes apellidos en los escalones. Por eso mismo los rumores acerca del desmembramiento de la escuadra de Brown comenzaba a resonar por cada rincón de la escuela, peligrosos rumores, más aún cuando la Chica Indiscreta parecía estar dispuesta a disparar a sangre fría a quien sabe cuantas víctimas en menos de dos días. Pero eso no parecía asustar a la feliz pareja, al contrario, generaba cierto morbo de adrenalina jugar a punta de pistola.

Aunque la realidad era diferente, claro que nadie con dos ojos bien enfocados creería que aquella feliz y apasionada pareja no era más que una ilusión. Era la idea. Ser un oasis en el desierto producto del calor y la falta de hidratación, una cruel alucinación de esperanza, cuando en realidad era cuestión de segundos para que el cuerpo acabe por colpasar. Millie había logrado que todos vean lo que ella quería que vean, su perfecta película de romance trágico, incluso si debía interpretar el rol de tonta durante toda esa semana ante sus amigas y los dos traidores que se bufaban por su falta de astucia.

Gossip girl |fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora