➵ ¿Amortentia? || 𝟏𝟎

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—¡Muchas gracias! -Agradeció nuevamente —Mi nombre es Elizabeth... Elizabeth Ramírez.
—Un placer, soy Iván Buhajeruk —Se presentó —. Me alegra que ya estés mejor, si me disculpas debo irme ya que estaba de paseo con una amiga.
—Oh... ¿Es tu amiga? Pensé que Giselle y tú eran pareja.
—No, nada que ver —Rió nervioso —, solo somos buenos amigos.
—Está bien, lo entiendo. Muchas gracias nuevamente -Elizabeth se acercó para darle un beso en la mejilla, dejando al más alto sorprendido —, espero podamos charlar más de vez en cuando.

—Uhm, sí, seguro.
Elizabeth se alejó y salió de la enfermería mientras Iván procesaba porque su corazón latía tan fuerte.

—¡Giselle! Perdona por haberte dejado, al parecer a la chica le dio insolación y ya está en perfectas condiciones —Sonrió

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—¡Giselle! Perdona por haberte dejado, al parecer a la chica le dio insolación y ya está en perfectas condiciones —Sonrió.
—Como siempre tan considerado, siempre estás para cuando una damisela está en apuros —Bromeó recordando que a ella también la había llevado a la enfermería.
—Parece que soy más un caballero que un mago —Siguió el juego.

La salida había terminado, todos estaban regresando a sus casas y los pasillos poco a poco se iban vaciando, se preparaban para la cena en el gran comedor, sin embargo Giselle estaba alistandose para llegar a su encuentro con la persona misteriosa

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La salida había terminado, todos estaban regresando a sus casas y los pasillos poco a poco se iban vaciando, se preparaban para la cena en el gran comedor, sin embargo Giselle estaba alistandose para llegar a su encuentro con la persona misteriosa.
Estaba intentando ser cautelosa y estar alerta de cualquier peligro, de todas formas conocía a la perfección el castillo así que sabía a donde ir en caso de tener que huir.
La torre de astronomía era de sus lugares favoritos, perfecto para apreciar el cielo estrellado y la hermosa luna, a pesar de que las únicas veces que iba allí es debido a las clases.

—¿Hola? —Habló para ver si alguien se encontraba allí.
Y sí lo había, una chica estaba sentada rodeada de un montón de libros y cosas, era rubia y parecía bastante concentrada leyendo un pergamino hasta que escuchó la voz de Giselle y alzó la mirada.
Era la chica que pidió el favor de llevar a su amiga a la enfermería.
—Hola... puedes sentarte frente mío —Sonrió de una forma algo extraña —Pensé que no vendrías, llevo esperándote.

—Lo siento, yo tampoco pensé que iba a venir.
—Descuida... creo que debes imaginarte la razón por la que estás aquí, soy muy buena con la mayoría de pociones pero sin duda las de amor siempre serán mis favoritas —Explicó —. Aunque son las más solicitadas por las personas, en fin... vengo a ofrecerte esto.

Sacó de su túnica un pequeño frasco con forma de corazón y en su interior una sustancia color rosa.
—¿Qué es esto...? —Giselle la sostuvo entre sus manos.
—Amortentia.
—¿Amortentia? —Respiró profundamente —¡No! Lo lamento pero no lo necesito, debo irme.
—¿No lo necesitas o no quieres usarlo?
—No es correcto...
—Giselle, en el amor y en la guerra todo se vale —Su tono de voz se volvió grave y severa.

Estaba sorprendida, no entendía que iba a ganar con esto.
—Dije que no lo necesito, no es ético, no podría vivir con la conciencia de que tuve que utilizar pociones para enamorar a la persona que amo y que su amor sería falso.
—Aprenderá a amarte con el tiempo... tómalo como una pequeña ayuda Giselle, solo para que él se dé cuenta más rápido de que te ama.
—Prefiero esperar cien años a tener que utilizarlo de esa forma.

—Está bien... no la uses ahora, pero puedes llevarte la poción como regalo, como una muestra de que quiero tu amistad y que puedes confiar en mí —Sus ojos se oscurecieron.
—Gracias, pero no la usaré —Se la tendió para que la tome de regreso.
—No, llevatela, aunque no la uses —Sonrió —Ahora puedes irte, si tienes alguna duda mandame una carta, estaré para ayudarte.

Giselle guardó el frasco en su túnica y salió de ahí, tenía muchas dudas ¿Por qué querría ayudarla de esa forma? ¿Cómo sabía que estaba enamorada de alguien? ¿Por qué su voz sonaba distinta? En la mañana tenía un acento español que ahora no estaba... todo era muy extraño.
Regresó a su sala común, esa noche no pudo dormir bien, daba vueltas en la cama tanto por la incógnita como por los nervios del duelo de mañana.

—Cake ♡

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—Cake ♡

𝖆𝖒𝖔𝖗𝖙𝖊𝖓𝖙𝖎𝖆 | 𝘀𝗽𝗿𝗲𝗲𝗻𝗱𝗺𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora