—Hacer esto es tan aburrido —El pelinegro se quejó—, pero... al menos estamos juntos. Ella se sonrojo un poco, sintió sus manos temblar y solo asintió con la cabeza. Llevaban poco más de una hora acomodando estantes, el castigo de Iván había terminado hace una hora pero se había quedado a ayudarla. Esa acción no pasó desapercibida por Giselle, estaba confundida... ¿No estaba molesto con ella?
—¿Por qué ya no estás molesto? —Preguntó con mucha curiosidad. —No es divertido estar peleando —Pausó—, pero solo contigo... Giselle sonrió inconscientemente al escuchar eso, le dio una rápida mirada al chico a su lado y siguió acomodando libros. —Por lo menos no nos llevaron al bosque prohibido, Juan y Rodri no corrieron esa misma suerte —Habló Iván mientras se reía—. ¿Qué pasa con esa chica y vos?
Su pregunta tomó desprevenida a Sandoval, su cuerpo se tensó y aclaró su garganta antes de poder hablar. —Es una loca... le agarró por tener una obsesión conmigo y ahora me hace la vida imposible junto su amiga —Suspiró pesadamente— La verdad he intentado ignorarlas pero están llegando a mi límite, no sé que es lo que quieren de mi pero no creo poder más.
No hubo respuesta, ambos siguieron acomodando en silencio por unos minutos, no era incómodo, se sentían bien el uno con el otro. Unos veinticinco minutos después, quedaban menos de diez libros por poner en el estante.
—Yo... tenía algo para vos —Dijo el pelinegro—, no es la gran cosa pero quería dártelo —Sandoval se volteó para encontrarse con los ojos oscuros del más alto, luego de ese pequeño contacto visual, él comenzó a rebuscar en los bolsillos de su túnica negra con detalles verdes—. Aquí está, no podía dormir así que comencé a garabatear y pues... te dibujé.
Ambos estaban sonrojados, él por los nervios de saber que opinaría la chica de su dibujo y ella por verse a sí misma plasmada en el pergamino, quiso hablar pero las palabras no le salían, estaba demasiado sorprendida.
—Te quedó increíble —Habló una vez que pudo salir de su trance—, no sabía que dibujabas tan bien... cada día me sorprendes más.
"Solo lo hago de vez en cuando" obtuvo como respuesta, pero no pudo prestar tanta atención, estaba concentrada observando cada detalle en el dibujo, definitivamente lo colgaría en la cabecera de su cama una vez que regrese a su dormitorio en Hufflepuff.
—Bueno, como sea... terminemos con los libros y podremos irnos. Con tu ayuda fue más sencillo terminar esta tortura, aunque no tenías que hacerlo... ¿Cómo puedo agradecerte?
El pelinegro pareció pensarselo bastante, hasta que su rostro se iluminó con una sonrisa.
—Cuando nos levanten el castigo, dentro de unas cuantas semanas más y podamos regresar a nuestras salidas a Hogsmade —Hizo una corta pausa—. ¿Te gustaría que volvieramos a ir juntos? La última vez fuimos interrumpidos.
—Hasta la pregunta ofende —Respondió mientras reía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Estoy harta! ¡Todo haces mal! —Gritó agresivamente. Su mirada se oscureció y su rostro estaba rojo por el coraje.
—Hice lo que pude...
—¡Nunca haces suficiente! No vuelvas a dirigirme la palabra, desde este momento tú y yo no somos más amigas, te quedarás sola como la perdedora y lunática que eres, nadie más te aguantará con tu torpeza como yo lo hice —Sus palabras eran como miles de agujas clavandose por todo el cuerpo de la rubia. Elizabeth miró su muñeca y tiró de la pulsera de color plateado con detalles rojos, la cual compartía con su, ahora ex mejor amiga, la jaló con tanta fuerza hasta que se reventó y todas las cuentas salieron disparadas por el suelo, solo se escuchaba los sollozos de Maite y las pequeñas piedras de color rodando por el suelo.
Sin más se alejó de ahí, desde ahora haría las cosas por su propia cuenta, sin depender de otros. Enojada entró a su habitación, buscó entre su baúl la pequeña bolsa con unas cuantas galletas dentro, las había comprado en su última visita a Hogsmade, específicamente en Honeydukes.
—Ahora sí es tu fin Sandoval... no vas a quitarme lo que me pertenece.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
