Estábamos en clase de "Defensas contra las artes oscuras", aún seguíamos en lo teórico y la verdad es que todo era bastante tedioso. Apuntaba tranquila en mi pergamino cuando algo golpeo levemente mi cabeza. Al revisar era una nota enviada por Abril, ella se sentaba masomenos tres asientos atrás de mi.
"¿Al final, hoy te contó Samy que habría una revisión de los dormitorios en la primera hora?"
Volteé a donde estaba ella, negando con mi cabeza. Ya estábamos en la cuarta hora, supuse que ya habrían terminado de revisar todo. Ya después me contarían que fue lo que pasó.
De nuevo regresé mi concentración en escribir mi ensayo sobre las criaturas que analizariamos esa semana, todo iba bien hasta que tocaron la puerta para segundos después ser abierta mientras tronaba debido a su mal mantenimiento.
—Buenos días Profesor Llanos —Saludó el director al robusto Profesor de Defensa.
—Buen día querido Director, ¿puedo ayudarle en algo?
—Necesito con urgencia a la Señorita Sandoval.
Al oír mi nombre mis instintos se alertaron, ¿Por qué el director me buscaría?
—Por supuesto —Esperé en mi asiento hasta que el Profesor se acercó a mi asiento, escuchaba como todos al rededor murmuraban cosas inentendibles —, Señorita Sandoval, acompañe al director por favor.
Asentí mientras me paraba de mi lugar. Miré atrás buscando a Abril, quien estaba igual de confundida que yo, levanté los hombros y me dirigí a la puerta, la cual fue cerrada en cuanto terminé de dar un paso fuera de allí.
—Buenos días Director De Luque —Incliné mi cabeza en señal de respeto.
—Buenos días joven estudiante, sigame por favor.
Caminamos por los pasillos y subimos hasta al tercer piso, donde llegamos a la gran estatua de gárgola, la cual abría el paso a las escaleras de caracol que nos llevarían por fin hasta el lugar del Director.
Al entrar a esa sala noté como estaba la misma chica de las pociones y el Profesor Doblas. No me había atrevido a decir nada en todo el camino ahí.
—¿Estamos en problemas? —Pregunté con sutileza.
Ambos se miraron y fue De Luque quien habló.
—Señoritas, el día de hoy convocamos una revisión obligatoria a todos los dormitorios en todas las casas. Han estado desapareciendo cosas del almacén de pociones.
Al escuchar esas palabras noto como la chica a mi lado se tensa y ahoga un leve lloriqueo.
—Y creímos que ustedes reconocerían... esto —Continuó el Profesor Doblas, sacando de su túnica el frasco de Amortentia y de debajo del escritorio, lo que parecía ser un maletín, estaba cerrado así que no pude ver su contenido.
Tapé mi boca al ver el frasco de Amortentia, había olvidado por completo que estaba en mi cajón.
—¡Puedo explicarlo! —Grité.
—¡Yo también! E-ella... ella ha sido la que me pidió que le hiciera esa poción, ella me ha obligado —Dijo Maite mientras me señalaba —¡Yo solo he seguido órdenes!
—¡¿Qué?! ¡Eso no es verdad! —Alegué —Ella ha sido quien me lo ha dado, yo no he tenido nada que ver.
—¡Silencio! Parad ya con tantos gritos.
—¡Si fuera por mi en este preciso instante las expulsaba! —Dijo en voz intimidante nuestro Profesor.
—Les juro que yo no he tenido nada que ver...
—Aún si eso fuera verdad, usted también quedaría sancionada por no haberlo reportado.
Agaché la cabeza mientras intentaba retener las lágrimas.
—Jóvenes, obviamente no vamos a expulsarlas... aunque robar es un acto completamente incorrecto y no fomentamos eso en nuestro querido colegio, así que me encargaré de que sepan que lo que hicieron fue completamente malo —Con cada palabra que decía, sonaba más y más enfadado —. Así que tendreís 3 meses de castigo.
—Utilizarán sus tardes de cada sábado y domingo para acomodar la biblioteca, limpiar sus salones, regar el jardín, ayudarán a responder cartas y sobre todo, harán planillas todos los días de distintas frases.
—Además que sus salidas a Hogsmade han finalizado hasta terminado el castigo.
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—¡¿Qué te sucede?! —Le grité una vez que estuvimos fuera de ahí —¡Por tu culpa estoy en problemas!
—¡No sé de que hablas! ¡No tenía idea de esto!
—¡No seas mentirosa! —Saqué mi varita para apuntarla —Si no tuviera modales ya te hubiera aventado alguna maldición imperdonable...
Retrocedí unos pasos al mismo tiempo que guardaba mi varita. Sabía que estaba cometiendo algo incorrecto.
—¿Por qué hiciste eso? —Pregunté.
—Escucha... yo solo sigo órdenes... además tú sabes que no fui yo quien te dio esa poción.
Me quedé callada un instante, ¡claro que había sido ella! Yo la recuerdo muy claro.
—¿Por qué mientes? Fuiste tú la que estaba esa vez en la torre de astronomía.
—No Giselle... no era yo —Dijo mientras su mirada reflejaba confusión.
Nuestra conversación fue interrumpida por una falsa tos incómoda. Ambas volteamos.
—Lamentamos interrumpir su interesante conversación, señoritas, pero están obstruyendo el paso a la sala del Director —Era Juan pero lamentablemente, para mi, no iba solo.
—Dejá de ser tan correcto, me aburres... —Le dijo Iván con una cara de molestia —, pero tiene razón, están estorbando.
—¡No seas un grosero! —Regañó Juan.
—Y vos no me decís como ser —Sí, así siempre estaban ellos dos... peleandose como perro y gato, solo que en esta ocasión sería serpiente y león —. Permiso chicas.
—Ah... sí, claro.
Maite y yo abrimos paso y los chicos solo avanzaron, Iván me miró de reojo pero esta vez fue una mirada distinta e incluso podía jurar que vi una sonrisa en su rostro.
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Fun fact de este capítulo es que la primera versión escrita era muy agresiva (y laaaarga), tan agresiva que no sabía como podría continuar el romance en la historia TT