On the Crown ↬ Markhyuck ; Nomin ; Chensung [NCT]

Capítulo 3

Encontraba divertida la manera en cómo cerca de la media noche, sus hermanos corrían a hurtadillas hacia su encuentro. De alguna manera, la adrenalina siempre lograba ponerlo un poco ansioso y divertido en la espera de ser descubiertos, aunque nunca lo eran.

En China, no recuerda exactamente cuantas veces había escapado de su habitación para infiltrarse en la de quien se había convertido en su mejor amigo; Huang Renjun, príncipe único y heredero de la provincia de Jilin.

A pesar de que Chenle había cambiado totalmente su actitud, su forma de pensar y su manera de comportarse, muy en el fondo, seguía siendo el niño travieso que era cuando pequeño. Solo que esta vez había crecido y sabia las normas y reglas que debía cumplir siendo parte de la realeza.

Tres golpes se oyeron en la puerta indicando que sus hermanos estaban detrás de la pulida madera y abrió rápidamente para dejarlos pasar. Durante la media noche, era el único momento donde podían estar a solas y hablar sobre todo lo que había pasado durante esos diez largos años.

—Grandulón —Donghyuck se detuvo justo antes de cerrar la puerta, dejando a su guardián justamente fuera. —Espera ahí. No sé cuánto demore exactamente, pero no entrarás aquí a escuchar todo lo que tenemos que decir con mis hermanos.

—No puedo dejarlo solo, alteza —habló Mark, su ceño estaba fruncido y en completo desacuerdo con lo que el príncipe acababa de decir. —Mi deber es estar con usted todas las horas del día.

—Ay, por Dios —Donghyuck suspiró, mirando hacia sus hermanos quienes lo observaban de manera burlona. —Ve al baño, ve a descansar, no lo sé. Has estado siguiendo cada uno de mis pasos durante todo el día. ¿No te cansas?

—Es mi trabajo, alteza.

—Entonces custodia la puerta para que nadie entre. Es una orden —le indicó, ahora su voz volviéndose más seria. —Golpeas la puerta si necesitas algo o si alguien viene. ¿De acuerdo?

Sin esperar respuestas por parte del guardián, cerró la puerta de madera y se volteó hacia sus hermanos con un suspiro de hastío.

—Un día y ya quiero asesinar a nuestros padres por esto —dijo caminando hacia ellos quienes ya habían tomado asiento sobre la gran cama que estaba justo en frente de la enorme habitación. —Ya, no le daré mayor importancia, lo que es importante ahora eres tú, hermanito. ¿Cómo fue tu estadía en China?

—Una completa locura —respondió con una sonrisa, porque Chenle debía admitirlo; sus hermanos habían sido lo que más había extrañado durante ese largo tiempo. —Durante los primeros meses solo quería que me trajeran de vuelta, pero luego conocí a este chico; Huang Renjun, príncipe de Jilin. Se convirtió en mi amigo más cercano, también había sido enviado allí por un comportamiento inadecuado. Fue mi compañero de travesuras durante un tiempo, hasta que lograron ajustar nuestra conducta a lo que ellos querían.

—Debo admitirlo, han pasado diez años y sé que es un largo tiempo, pero estás muy cambiado —Karina dijo con suavidad, la yema de sus dedos acariciaban con delicadeza la mano de su hermano que tanto había extrañado en silencio. —A penas te reconozco. Eres tan correcto que... se siente incorrecto.

—Lo siento —se encogió de hombros. —Esto es lo que soy ahora. Y firmemente ahora puedo darme cuenta de todos los errores que cometía cuando era un niño. Somos parte de la realeza, no somos simples personas. Tenemos que mantener una imagen representativa perteneciente a la corona.

Tanto Donghyuck como Karina se quedaron en completo silencio escuchando las palabras dichas por Chenle. Podían darse cuenta lo mucho que había cambiado y crecido con tan solo decir un par de palabras; ya no era el niño travieso que jugaba en el lodo ni que ayudaba a los sirvientes del castillo. Probablemente ahora aborrecía tener tan solo un poco de suciedad en su entorno y ayudar a los sirvientes era una de las peores cosas que un príncipe pudiese hacer. Había cambiado tanto... pero seguía teniendo aquella aura ilusa e inocente.