Capítulo 8

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—Entonces —Donghyuck dijo acercándose hasta ellos una vez la puerta había sido cerrada por Mark cuando ingresaron a la habitación. El mayor quedándose en una esquina resguardando la seguridad y Donghyuck sentándose a un costado de Karina y Chenle. —¿Qué estaban hablando?

—Mmmh —Chenle le dio una mirada rápida. —De Jisung, en realidad. Pero Karina ya me dijo algunas cosas que necesitaba saber, así que no había más de qué hablar —omitió lo último dicho por Karina, quien sólo lo observó en silencio. —¿Venías por algo en particular?

—Estaba aburrido en mi habitación —Donghyuck respondió, apuntando a Mark con su cabeza. —Tener a un halcón acechándome todo el día y noche sin hacer nada es aburrido.

El guardián solo lo miró con ojos entrecerrados.

—Deja tranquilo al pobre hombre —Chenle se rió, mirándolo a algo parecido a la lástima por tener que estar con su hermano todo el tiempo. —¿Quieres sentarte un rato? Puedes hacerlo, me pone inquieto verte parado.

—Estoy bien aquí, alteza —respondió Mark.

—¿Ves? Es como una estatua. Y te trata con tanta formalidad que me hace sentir viejo. ¡Y nunca me obedece! Le digo que quiero hablar con él y me ignora. Le dije que seríamos mejores amigos y se negó a ser mi amigo.

—Haces sufrir a mi hermanito —Karina dijo divertida. —Pero siendo sincera y volviéndonos serios, creo que hay algo de lo que tenemos que hablar como hermanos.

—¿Sí? —Donghyuck le puso mayor atención. —¿De qué se trata?

—De nuestra confianza y relación como hermanos —respondió con una mueca. —Es difícil para mí tener que cuestionar cada cosa con respecto a Chenle, y también debe ser doloroso para él que nosotros siempre estemos diciéndoselo.

—Lo es —asintió mordiendo su labio inferior. —Debo admitirlo y disculparme por mi comportamiento fuera del castillo durante todos estos años. Ya lo dije, usualmente siempre obtenía castigos y esos eran no hablar con ustedes que con el tiempo se volvió algo normal. Fue mi culpa por jamás comunicarme y eso nos llevó a convertirnos en unos desconocidos. Entiendo que no confíen en mí como lo hacen entre ustedes, pero quisiera intentarlo.

—Lo intentaremos —Donghyuck asintió con convicción. —Lo haremos. Pido disculpas también por la manera en la que te he tratado. Eres mi hermano y creo que, dentro de este castillo, los únicos confidentes que podemos tener entre nosotros... somos nosotros mismo. Incluyendo a mi perrito faldero. Vamos a tener que confiar en él si va a estar tras mi culo las veinticuatro horas del día, ¿verdad que sí, Markkie?

—¿Uh? —el nombrado alzó la mirada de la ventana para fijarla en el príncipe. —Disculpe. No estaba poniéndole atención, alteza. Les daba su privacidad.

—Siempre tienes que ponerme atención, cachorrito —le dijo, dándose cuenta que estaba amando ponerle esos apodos de animales que eran adecuados al contexto en el que estaban. —Tus ojos y oídos siempre en mí.

El guardián asintió con su rostro tenso como la roca, haciendo reír al príncipe.

—Como decía —devolvió la mirada a sus hermanos quienes lo miraban con ojos entrecerrados—, nosotros somos nuestros mismos confidentes, somos los únicos en los que podemos confiar.

—Estoy de acuerdo —Karina asintió, mordiendo su labio inferior, lista para lo que estaba por decir. —Es por eso, que quiero contarles algo.

Los dos hermanos fruncieron el ceño, acercándose aún más a su hermana, totalmente preocupados.

—¿Te hicieron algo? —fue lo primero que pregunto Donghyuck.

—No, no —negó de inmediato. —No me han hecho nada. Es... algo mío, no se lo he dicho a nadie.

On the Crown ↬ Markhyuck ; Nomin ; Chensung [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora