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Luego de tener esa conversación con Camille, Harry llegó a casa y se encerró en su habitación, había rechazado cenar, solo quería dormir y pensar una que otra cosa, al final de cuentas tuvo un día bastante largo. Al día siguiente, no fue a la universidad ya que habían suspendido las labores debido a que era el aniversario de su facultad y estuvo agradecido con eso, así que dijo que iba a aprovechar su fin de semana, por supuesto que lo aprovecho.

Eran las 5 de la tarde y el rizado se encontraba en su taller, trataba de avanzar con su pintura, pero tristemente no le llegaban ideas a su mente, no tenía inspiración. Cerró los ojos e intento concentrarse, a ver si por arte de magia llegara alguna idea a su mente, no funciono, a cambio escucho a sus espaldas una voz familiar.

- Toc toc ¿Estás ocupado? Y no me muerdas ya que hoy te consentí al preparar pancakes de fresa en el desayuno. - Dijo Louis entrando al taller del rizado.

- Bueno de igual forma no estoy de humor para morder gente. - Respondió el rizado.

- ¿Qué pintas? - Preguntó Louis. - Oh, ¿Esto lo pintaste tú? Cielos, Harry, tienes talento - El mayor admiraba un cuadro que simulaba la naturaleza, era realmente hermoso.

- Fue uno de mis primeros cuadros. - El rizado respondió con un sonrojo en las mejillas. - De hecho, estoy tratando de pintar uno para el concurso de pintura, solo que no encuentro la inspiración para poder hacer algo magnifico...creo que no seré capaz de poder terminarlo antes del concurso...estoy en cuenta regresiva. - Respondió con la cabeza gacha.

- Hey vamos Harry, no te menosprecies, tú eres capaz de muchas cosas. - Lo miró con una dulce sonrisa. - Tan solo mira todo esto, encontraras algo que plasmar y será increíble.

Las comisuras de los labios del rizado formaron una linda sonrisa al escuchar esas palabras por parte del ojiazul. - Gracias Lou, realmente quiero ganar.

- Claro que lo harás, tienes un talento increíble rizado. - Inconscientemente Louis se acercó y tomó del mentón al rizado para mirarlo. Ambos hombres estuvieron con la mirada conectada más tiempo de lo debido, sonriendo como un par de tontos.

- Ujum. - Carraspea el castaño, cuando sintió que se perdió en la mirada verde. - Bueno vine para decirte que, si quieres acompañarme a la cafetería, estamos encerrados aquí y creo sería bueno despejar la mente. A parte que debo pagarte la malteada que ganaste la vez pasada cuando jugamos play.

- Oh claro, solo deja que me limpie, me pongo una chaqueta y vamos.

- De acuerdo, te espero abajo bonito. - Louis le giñó el ojo.

¿Cómo me llamó? ¿Bonito? Harry sintió un tirón en el pecho al escuchar ese apodo, sintió como el calor subía por sus mejillas, Louis no lo noto, ya se había dado la vuelta. ¿Por qué Louis tenia esa facilidad de hacerlo sonrojar con cada cosa que decía?


Fueron a la cafetería donde trabajaba Niall, el rubio estaba de turno y les tomo la orden, al ver al rizado entrando con el ojiazul Niall no dudo en mirarlo con picardía y le mandaba miradas cómplices con los pulgares hacia arriba cada que Louis se volteaba, Harry rezaba para que el mayor no se diera cuenta. Dentro de un rato el rubio había traído su orden, era un café con pastel de zanahoria para Louis y Harry reclamó su malteada.

- Y entonces. - Dice Louis dando un sorbo a su café. - ¿Qué paso ayer? No cenaste y te note raro.

Ah bueno, solo tuve un día muy largo y tuve que arreglar unos asuntos.

- ¿Puedo saber? - Pregunto el ojiazul.

- Pues... termine con la chica con la que estaba. - Al oír eso, Louis tosió dejando la taza de café en la mesa.

Me quedo en Doncaster [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora