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La aparición de Liam los tomó de sorpresa, llegó antes del tiempo dicho, Louis no iba a mostrar sorpresa, claro que no, él no estaba haciendo nada malo, solo se cogió a su novio, esas cosas suelen hacer las parejas ¿No? Solo había un pequeño problema, su novio era el hermanito menor de Liam.

— Li, n-no te esperaba hasta mañana.

— Quise sorprenderlos. — Claro que los sorprendió. — Se canceló algunas reuniones de hoy, así que aproveché el tiempo, moría por volver aquí.

— Eso es fantástico Li. — Dijo el castaño brindando un abrazo fraternal. — Te extrañé hermano.

— Y yo a ti, joder no te imaginas cuanto extraño tomar una cerveza y hablar contigo.

— Ya habrá tiempo para hacerlo, pasa. — Dijo dando un paso al costado para que Liam pudiera adentrarse en la casa.

— Todo se ve igual. — Analizó el pelinegro. — ¿Esa es tu camiseta? — Señaló la prenda húmeda olvidada en el piso.

— Ah sí. — Bufó. — Verás, cayó un diluvio hace un rato y me moje completamente.

— ¿No dijo la chica del clima que sería un día soleado? — Louis se encogió de hombros.

— Lo dijo, sí, pero no volveré a confiar en ella. — Añadió el castaño restándole importancia a la situación.

— Y ¿Harry? — Louis sintió su corazón martillar en su caja torácica.

— Él debe estar arriba, imagino que en su taller. — Mintió.

— Iré a buscarlo entonces.

— ¡No! — Gritó. A su mente vinieron imágenes de un Harry desnudo tratando de limpiarse y cambiarse lo más rápido posible.

Liam lo observaba con intriga. — ¿Por qué no?

— Porque antes, quiero invitarte una cerveza. — Propuso. — Harry no debe tardar en bajar, siempre suele venir a comer algo a esta hora. — Inventó.

— Como negarme, de hecho, estaba ansioso por tomar una, como los viejos tiempos. — Louis sonrió.

Dentro de un rato bajó el rizado, con una sonrisa reluciente, mostrando orgulloso el hoyuelo que decoraba su bello rostro.

— No puede ser, Li. — Corrió en busca de su hermano.

— Pequeño. — Dijo abrazando dulcemente al menor. — Te extrañe un montón ¿Me extrañaste?

— Claro que sí, de hecho, también me sorprendiste. — Dijo lanzando una mirada cómplice al ojiazul. — Creí que llegarías mañana, quería cocinar algo rico para tí.

— Cancelaron algunas reuniones de hoy y aproveché el tiempo. — Sonrió. — Pero puedes cocinar para mí aún, puedo fingir sorpresa.

— Me alegra tenerte aquí. — Volvió a abrazar al mayor.

— ¿Qué les parece si salimos a cenar? — Propuso el ojiazul.

— ¿Comida china? — Pidió Harry batiendo ligeramente las pestañas.

— Comida china. — Aceptó el castaño, como de costumbre, era ya común en ellos.

Me quedo en Doncaster [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora