Me quedo en Doncaster [L.S]

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Amanecía en Doncaster, los rayos del sol entraban lentamente a través de las cortinas de color perla, Harry parpadea y se frota los ojitos con los puños, busca su teléfono móvil en la mesita de noche y se fija la hora, 5 am.

– Bien, creo que madrugare – Dijo el rizado con la voz ronca.

"Buen día preciosa, acabo de despertar, nos vemos más tarde"

El rizado aprovecha para mandar un mensaje a su novia ya que la noche anterior de olvido de contestar el mensaje de buenas noches de la chica. Lleva 3 meses de relación con ella.

Se pone sus pantuflas de conejito y va a buscar un poco de agua a la cocina, tenía la garganta seca, intenta no hacer demasiado ruido ya que su hermano aun dormía y su hora de despertar era a las 7 am. Sirve un poco de agua en el primer vaso que ve y se va a sentar en el sofá de la sala.

De pronto le dan ganas de pintar, ya había pasado mucho tiempo desde que no pintaba algo, deja el vaso en la cocina y se dirige a su propio taller de pintura improvisado en casa. Cuanto tiempo no agarraba un lienzo y un pincel, ¿Una semana tal vez? Bueno, a quien le importa, Harry realmente ama pintar.

– ¡Hazzy! ¿Dónde estás? – Dice Liam, buscando desesperadamente a su hermano.

– ¡Aquí! En el taller – Responde.

Liam bosteza en respuesta y se dirige a paso lento al lugar. Liam es el hermano mayor de Harry por 5 años, paso a ser su apoderado desde que su padre falleció y su madre se fue a vivir a Londres con su nueva pareja, Harry y Liam se quedaron en Doncaster porque el rizado estudiaba artes en la Universidad del lugar y Liam trabajaba en una firma de abogados como asistente. Sin mencionar que ambos amaban Doncaster, claro que lo amaban.

No tenían una mala relación con Amelia, su madre. De hecho, era buena, la mujer venía a visitarlos cada fin de mes.

– ¿Qué haces pintando tan temprano pequeño? ¿No se te hace tarde para ir a clases? – Menciona Liam entre bostezos.

– Hola Li, aún tengo tiempo y no me digas pequeño, tengo 20 años.

– Uy sí que grande eres por tener 20 – Dice molestando al menor – El otro día recuerdo haberte visto dormir con tu osito de peluche. – Se burla.

– En mi defensa, la película que vimos me dio bastante miedo Liam, no es broma, a parte que ya estoy de tu porte y la mayoría piensa que tengo 23.

– Si si como sea, anda deja eso y arréglate, tenemos que salir en 30 minutos, no pienso llegar tarde donde el Señor Smith, dice que tiene algo importante que decirme.

– Espero no sea una invitación al karaoke, realmente es una tortura escuchar cantar a tu jefe. – dice el rizado con el pincel en la boca.

– ¡Ni lo menciones! en fin, apúrate que te espero abajo. - Dijo Liam saliendo del taller.

°

Todas las mañanas Liam llevaba a Harry a la universidad, ya que le quedaba de pasada de camino al trabajo.

– Listo, nos vemos más tarde Hazz y pórtate bien.

– Siempre lo hago Li y suerte con los gallos del señor Smith – Se ríe, bajando del auto y cerrando la puerta. No llego a escuchar la respuesta de Liam.

Harry se dirigía a la entrada de la universidad cuando de pronto siente unas manos tapando sus ojos.

– ¿Quién soy? – Dice la voz a su espalda.

– Nini, eres tú. Puedo reconocer tu olor desde kilómetros y tu intento de voz aguda te hace sonar como cacatúa.

– Cómo te atreves Rapunzel, mi voz es preciosa y mi olor ni que hablar – Menciona el rubio indignado.

– Lo sé lo sé, pero nada comparado con mis lindos rizos – Harry decidió hacerse crecer el cabello y se lo solía sujetar con una bandana, se veía realmente lindo.

– Presumido, no te los jalo solo porque eres mi mejor amigo y porque Camille me mataría si llego a tocar tu cabello. – Camille es la novia del rizado.

– No es verdad, no me tocas porque me adoras. – Dijo el ojiverde con una mirada coqueta.

Ambos muchachos se dirigen a clases entre risas y empujones por parte del rubio, Harry estudiaba artes y Niall estudiaba marketing, no coincidían en las clases, pero si llegaban a juntarse en la entrada, almuerzo, y salidas.

Al finalizar sus clases, Harry y Niall se dirigían a la salida para encontrarse con la novia del rizado, Camille, era jueves así que eso significaba una cosa, ¡jueves de frappes! Desde que terminaron la preparatoria los muchachos solían ir los jueves a tomar frappes y desde hace 2 meses Camille se les unió al plan, ya se les había hecho un hábito, realmente amaban salir los jueves, actualizarse sobre su vida y contar uno que otro chisme. Niall y Camille intentaban tener una buena relación, por así decirlo, ya que para Niall ella era muy absorbente con Harry, eso no le gustaba, pero trataban de llevarse bien por el rizado.

– Entonces, ¿si te inscribirás al concurso de pintura? – Pregunta Niall con un poco de chantilly en los labios.

– Hum, sí. – Menciona el rizado. – El premio es exponer mi pintura en una galería de la universidad, es una buena oportunidad.

– La es, sí. Eso quiere decir que tienes que esmerarte ricitos, igual sé que lo harás bien, realmente tienes talento. ¿Liam lo sabe? 

– Hum, nop – Dice pronunciando la p más de lo debido. – Pero hoy le diré, sé que se alegrará, a parte que él también tiene algo que decirme, aparentemente su jefe le propuso algo, me lo comentó por mensaje de texto hace un rato.

– ¿Quién te comentó por mensaje de texto? – Se escucha una voz por detrás.

– Camila, al fin llegas. Me debes un refresco, dijiste que llegarías 4:00 y llegaste 4:35, tarde como siempre. A parte no te importa de lo que hablo con Hazzy, solo es para las que llegan temprano – Dice Niall.

– Idiota y mi nombre es Camille, no Camila. – Dice la rubia acercándose al rizado y dejando un beso en sus labios. – Se me hizo tarde, pero ¿Me dirán de que hablan? También quiero saber.

– Claro preciosa, solo hablamos de que me inscribiré al concurso de pintura. – Dice Harry sonriente con un hoyuelo dibujándose en la mejilla.

– Oh cariño, eso es fantástico, ganarás de todas formas, no vi a ninguna otra persona que pinte como tú lo haces y no te lo digo solo porque soy tu novia, realmente pintas bien corazón. – Dice la rubia guiñando un ojo.

– Gracias preciosa, en si gracias por su apoyo, a ambos, los quiero como no tienen idea. Mi vida va por buen camino y me pone feliz.

– Entonces brindemos por eso, porque la vida de Hazzy va por buen camino y por este rico frappe de chocolate con fresa. – Dice el rubio, lamiendo el chantilly.

– Solo piensas en chocolate, pero brindemos – responde Camille moviendo la cabeza.

Los tres muchachos se pasaron toda la tarde riendo, contando detalles sobre su vida y pidiendo otra ronda de frappes, Niall pidió una extra. La vida de Harry iba por buen camino, estudiaba la carrera de sus sueños, tenía un hermano que lo adoraba y apoyaba en todo, tenía a su mejor amigo a su lado, tenía una hermosa novia, tenía tarde de frappes los jueves y vivía en la mejor ciudad del Reino Unido, ¿Qué podría salir mal?