A la mañana siguiente Harry despertó y no encontró a Louis a su lado, talló sus ojitos y lo buscó por la habitación, lo único que encontró fue una notita encima de la mesita, como de costumbre. El rizado sonrió al leer el manuscrito, fue al baño a hacer su rutina matutina de limpieza y cuando ya estaba completamente limpio, decidió bajar a la cocina para desayunar, se había antojado waffles.
Ya en la cocina, puso agua en la tetera para poder prepararse un jugo, había decidido que jugo de piña y wafles con Nutella serian la opción ideal para el desayuno, a Louis le encantaba la Nutella. Mientras cortaba en trocitos la piña, escuchó la puerta principal ser abierta.
— Buen día pequeño. - Le encantaba cuando Louis le llamaba pequeño, tenía que admitirlo.
- Buen día amor. - Levantó la mirada. - ¿Dónde estabas?
- Es una sorpresa. - Louis no dejó ver la caja que traía en manos, lo colocó en la mesita ratona de la sala y se apresuró a llegar hasta su novio.
- ¿Una sorpresa?
- Si, para ti. - Dejó un besito en los labios del menor. - Hola amor, te extrañé. - Acercó el cuerpo del rizado al suyo. - ¿Qué haces tú?
- Corto piña.
- Que considerado eres pequeño. - Acarició sus labios con su pulgar. - ¿Comerás piña, para que tenga un rico sabor de tu semen cuando este en mi boca? - Harry soltó un jadeo.
- ¡Lou! no... yo no había pensado en eso. - Se lamió los labios. - Pero no es una mala idea, podrías comerla tú también... así se me hará más fácil tragarlo cuando esté en mi boca. - Louis sintió como su erección empezaba a crecer, Harry lo notó y se pegó más a él.
- No me hables así o harás que te folle aquí mismo. - Dijo dando un lametón desde el cuello del rizado hasta el lóbulo de su oreja. Harry se estremeció.
- Hazlo. - Louis lo observó con lujuria y empezó a comerle la boca. Harry se dejó besar sucio por su novio, le gustaba cuando era así, solo con Louis. El castaño presionó una de las nalgas del menor, mientras que el menor dejaba besos húmedos en su cuello.
- Amor... ¡ah! - jadeo el ojiazul. - Pequeño p-para. - Se zafó dulcemente de los labios de su amante, Harry gruñó en protesta. - Si por mi fuera te cogería todo el día amor, pero te traje algo, algo lindo para ti.
- ¿Qué es? - Louis le tomó de la mano y lo llevó en dirección a la sala.
- Cierra los ojos. - Harry cerró un ojo y entreabrió el otro. - ¡Sin trampa!
- Bieeen. - Cerró los ojos. Escuchaba a Louis abrir una ¿Caja?
- De acuerdo, ábrelos. - Cuando el rizado abrió los ojos y enfocó su vista en la caja, pudo notar que dentro de ella había un pastel, no era una rebanada, era un pastel completo, el pastel de chocolate con jalea de arándanos que tanto amaba estaba allí frente a él. Louis pudo notar como le brillaron los ojitos al ver el pastel.
- ¿Cómo hiciste para conseguirlo Lou?
- Tengo mis encantos. - Guiñó un ojo. - Tuve una conversación con la señora Norris. - Más bien fue un soborno. - Así que aceptó hacer él pastel, no pudo resistirse a mis encantos.
Harry estaba completamente feliz, quería gritarle que lo amaba, realmente sentía eso, pero se detuvo. - Te quiero. - Dijo y corrió hasta su novio para abrazarlo como si el mundo fuera a acabarse. - En serio, no sabes cuánto.
- Todo lo hago por verte feliz ¿Lo sabes no? - besó su sien. - También fue por haberme comido tu rebanada el otro día.
- Te juro que soy capaz de besarte el cuerpo completo ahora mismo.

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Me quedo en Doncaster [L.S]
FanfictionHarry tenia una vida tranquila y feliz en Doncaster, estudiaba la carrera de sus sueños, tenía un hermano que lo adoraba, tenía a su mejor amigo a su lado, tenía una hermosa novia y vivía en la mejor ciudad del Reino Unido, ¿Qué podría salir mal? No...