⠀⠀⠀⠀✵✵③ | MALAVITA

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A medida que descendían a aquella cueva, el ambiente era más oscuro y el frío aumentaba. Jason no aflojo su agarre sobre la cintura de Dick, el cual solo quería gritar de lo asustado que estaba, pero su voz no salía.

Su miedo aumentaba con cada paso, sentía que la muerte se cernía a su alrededor, como un manto de oscuridad. El suelo estaba rodeado de cráneos humanos, algunos aún con carne putrefacta y otros que solo parecían cabezas cortadas con expresiones de horror en sus rostros.

Pero posiblemente lo que más le asustaba era el Dios que estaba a su lado, junto con la idea de nunca volver a ver a su padre, de no volver a sentir los abrazos de sus hermanos o tan solo poder salir a correr en los momentos cuando Barry escapaba de Hal. Tenía miedo de no volver a ver el mundo exterior.

La poca luz que lo acompañaba iluminando el sendero se iba extinguiendo hasta quedar en una penumbra de oscuridad, sentía que estaba andando a ciegas.

Al voltear a mirar a Jason, se dio cuenta de que él caminaba con mucha naturalidad, sin dudar a cada paso que daba, él conocía su reino a la perfección.

—¡Sé bienvenido al Inframundo!

Dick no estaba seguro de en qué momento la oscuridad los había abandonado para dar pase a una habitación teñida de rojo sangre, iluminada por llamas sobrenaturales que le daban una iluminación tenue.

En el centro de la habitación había una gran cama con sábanas negras, un diván del mismo color y varios esqueletos atados con esposas colgados en las paredes.

—Oh, te ves muy pálido, Dickie. ¿Te puedo ofrecer algo de comer? —pregunto con fingida amabilidad.— ¿Algún paté de riñones recién extirpados? ¿Un poco de lengua? —Soltó una risa al ver como Dick cubría su boca como si en cualquier momento fuera a vomitar.— Tranquilo, solo bromeo —Chasqueo los dedos y una bandeja llena de alimentos apareció.— Tengo vino, queso, agua, uvas... Lo que quieras, Dickie.

—Quiero ir a casa, Jason. —El Dios mayor negó escuchándolo y sonrió burlón.

—No, no puedes irte, Goldie, tu estancia aquí será larga, espero que lo entiendas.

—Quiero irme —Ordeno con una autoridad digna del hijo del Dios de la agricultura.

—No pensarás lo mismo en unos días, Dickie. Te encantara este lugar.

—Aquí hace frío, me enfermaré. —dijo señalando su delgado peplo blanco que caía por sus hombros.

—Yo puedo calentarte, Goldie, si es que sabes a lo que me refiero. —murmuró en la oreja del menor haciéndolo temblar.

—Padre va a estar muy preocupado si no regreso antes del atardecer. —Se movió evitando la incómoda cercanía de Jason.

—¿Por qué tendría que preocuparse? Mientras te portes bien, estarás bien.

—Cuando se entere de que estoy aquí, creerá que me morí.

—Una auténtica desgracia, sin duda.

—Hal vendrá por mí cuando mi padre le diga que he desaparecido. —dijo esperando que el temor a la ira del Dios del rayo, lo dejara irse.

—Oh, el poderoso Dios de todo el Olimpo, no sabes lo mucho que le temo. —Soltó una risa y se acercó más al Dios menor.— No es tan malo aquí, te acostumbrarás —Acercó su mano a la mejilla de Dick, pero se alejó antes de poder acariciarla. —Ponte cómodo, goldie, si no deseas comer, no te obligaré a hacerlo, pero si te mueres no será mi problema, de todas formas estarás aquí.

Jason se retiró a sus aposentos, sin saber que en la superficie, dos hermanos llegaron asustados a contarle a su padre que su hermanito menor había desaparecido.

La furia del Dios de la agricultura se esparcía por todo el Olimpo mientras buscaba a su hijo menor, recorriendo con rapidez todos los lugares favoritos de Dick, hasta que en un rincón apartado del bosque, se encontró con Kara, la personificación del sol, quien con tristeza le dijo que Hades había secuestrado a su hijo a plena luz del día.

Bruce nunca había sentido su corazón romperse de tal manera. Sin dudarlo corrió hacia el palacio de Hal, dispuesto a obligarlo a que fuera al mismísimo Inframundo de ser necesario para traer a Dick de regreso y salvarlo de Jason.

FAR BEYOND ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora