Capítulo 12

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"Tú y tu estúpida manía de encantarme tanto."

[...]

Ya llevaba toda la noche metida en la puta jaula. Me dolía la espalda, tenía frío debido a la fresca lencería que llevaba, mis músculos estaban agarrotados debido al poco espacio y apenas y cabía en la jaula. Solo quería tumbarme en mi cama y dormir, ¿tanto pedía?

El maldito de Sae había vuelto a jugar con mis sentimientos. Y, ¿todo por qué? ¿Solo porque había ido con Bachira...? Cierto. Los Itoshi y su estúpida manía de mandarme. En fin.

Me excitaba.

Tenía que admitirlo. Mis bragas estaban empapadas de mis fluidos. Oh, Dios, cuánto anhelaba que me jalasen de la estúpida correa que me habían puesto y que me follasen como si no hubiera un mañana. Porque esos ojos cristalinos... Esas espesas pestañas y esa voz dominante que tenían los hermanos... Me ponía. Ojalá Rin baje y me coga como animal en celo. Pero sabía que eso no iba a pasar, porque ya era bien entrada la madrugada y ellos probablemente estarían durmiendo en sus cómodas camas mientras yo estaba ahí abajo completamente horny y deseosa por ser follada.

Babeé un poco más mentalmente imaginando cómo sería la próxima vez que alguno me hiciera suya. Porque, íbamos a volver a hacerlo, ¿no?

Bueno, fuera como fuere, yo estaba muy necesitada allá abajo, y eso era algo que no me dejaba conciliar el sueño. Y es que, aunque me quisiera tocar, no podía, porque la estúpida jaula recortaba mis movimientos. Suspiré. Me estaba calentando más, estaba jodiendo el problema.

Entre la penumbra de la habitación, intenté localizar el candado que había puesto Sae para que yo no pudiera abrir la jaula, y, una vez lo hube encontrado, tomé una horquilla que traía en el pelo e intenté abrir el candado con ella a tientas. Pero no, no se abría. Me frustré y gruñí con desesperación. Mis piernas temblaban de lo excitada que estaba y necesitaba atención ya.

¡Chack!

Abrí los ojos con desmesura al ver como la puerta de la jaula se abría bajo el peso de mi mano. ¡Había logrado abrir el candado! Al fin los tutoriales de YouTube me sirvieron para algo. Abandoné la jaula casi desesperada, y al salir me estiré los músculos entumecidos por la posición, para después suspirar relajada. Luego, tanteé las paredes de la habitación en busca del interruptor de la luz para así prenderla. Antes de abandonar la estancia, me acomodé el cabello y la lencería mientras miraba el candado azul de la jaula.

Por consiguiente, me quité la correa que pendía del collar que llevaba al cuello ya que esta me hacía ser más ruidosa. Volví a apagar las luces del salón y subí escaleras arriba en dirección de la habitación de Rin. Me había encerrado y me había dejado así de necesitada, así que ahora, don perfecto iba a acabar lo que había empezado.

La gatita necesitaba jugar, y lo iba a hacer con su dueño.

Me sonreí pervertidamente y me adentré silenciosamente en su cuarto, para después atisbar el bulto en la cama que debería de ser mi hermanastro pelinegro. Traviesa, subí a gatas a su cama y me metí bajo las sábanas evitando despertarle, para, por consiguiente, colarme entre sus piernas y encontrar el elástico de su pantalón. Sin miedo al éxito, le bajé los pantalones junto con los boxers, liberando al fin su miembro dormido, pero no por mucho tiempo.

Ante esto, Rinrin se removió inquieto sobre la cama, pero todavía en sueños. Me sonreí una vez más y me atraganté con una risa maliciosa antes de proseguir con mi empresa. En penumbra, tanteé el aire hasta agarrar el falo del chico con una mano, y, con la contraria, me subí el atrevido braiser para liberar mis pechos, entre los cuales metí la virilidad del chico, para así iniciar un movimiento de masturbación con ellos. Entonces sí, Rin jadeó y su miembro comenzó a crecer ante mi estimulación. Un poco más... Queda solo un poco más para que me castigue por mis acciones.

Forbidden wish [+18 Sae Itoshi x fem! reader x Rin Itoshi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora