Gemí. Gemí con más fuerza y arañé los antebrazos musculosos de Rin en un intento de acallar la retahíla de sonidos obscenos que salían de mi boca. Me mordí los labios y miré al pelinegro, suplicándole con la mirada que fuera un pelín más cuidadoso.
Resulta que el Itoshi había deicidio que la mejor forma de ayudarme sería follándome sobre la mesa del profesor; “así te acordarás de mí cada vez que tengas clase” fue su excusa. Pero ese no es el punto, el kit de la cuestión es que el de mirada cristalina me había arrancado las bragas ―literalmente― y me había hecho inclinarme sobre la mesa para mostrarle todo mi trasero. Y entonces él estaba follándome así, y no es que la postura fuera un pelín incómoda ―que lo era― esque me estaba dando calambre en las piernas al abusar de mi flexibilidad.
― Joder… Oh, dios…― Fue lo único que dijo Rin mientras repartía besos por toda mi nuca, mordiéndome también de vez en cuando en el cuello y en los hombros.
Rin me tomó con más firmeza de las caderas y me hizo levantar más el culo para él, enterrando sus dedos en la carne de mi muslos mientras movía sus caderas con la velocidad de un rayo, arrancándonos gemidos a los dos, aunque él se los acallaba mordiéndose los labios. Ah, si los chicos supieran lo lindos que se ven cuando gimen, la mayoría dejaría de hacerlo.
Me aferré a al superficie de madera e intenté responder a sus embestidas salvajes, intentado mover mis caderas al compás de las suyas, pero no fue más que en vano. Suspiré y gemí su nombre, el chico únicamente incrementó más el ritmo de sus estocadas y movió de alguna forma su polla para que su glande comenzase a golpear ahí, ahí donde tanto me encanta.
― ¡Oh, Rin, joder sí!― Grité echado los ojos hacia atrás, incapaz de contener el placer que recorría cada parte de mi cuerpo.
― Como te gusta gritar, ¿eh, TN?― Rió para sí antes de hacerme girar el rostro y besarme desde atrás.
No podía respirar entre el beso y mi respiración pesada. Sus embestidas se volvieron más animales, su miembro atravesandome tan fuerte que un pequeño bulto sobresalía de mi vientre bajo. Grité su nombre siendo este ahogado por su lengua moviéndose contra la mía, pero yo solamente pude seguir arañando sus antebrazos situados a ambos lados de mi cabeza, gimiendo de dolor con pequeñas lágrimas recorriéndome las mejillas. No sabía qué me estaba pasando, normalmente yo solía aguantar sus malos tratos hacia mí con placer y gusto, pero esa vez era diferente, había algo en mí que se sentía… dolorido.
Rin se percató de mis lágrimas, porque inmediatamente dejó de moverse de forma tan brusca que dolió también. Salió de mí y me hizo darme la vuelta sobre mí misma para entonces enfrentarlo de frente. Él me sentó en el escritorio y no dejó de verme con expresión preocupada.
― Eh, cariño, ¿estás bien?― Preguntó pasando sus pulgares por mis mejillas, respirando hondamente y secándome las lágrimas― ¿Pasa algo malo? ¿Te duele mucho?
Me sorprendió mucho lo atento que fue conmigo… Y eso… “cariño”. Dejé que el asunto corriera y me centré en sus últimas palabras, tomando una respiración profunda para intentar calmar mi excitación manchada de un ligero dolor.
― Oh, uhm, sí, me duele, a decir verdad…― Reconocí bajando la mirada, me daba miedo que entonces el Itoshi se enfadara conmigo y me castigara por mis palabras.
Pero él hizo algo muy diferente, me rodeó con sus brazos y apoyó su frente en la curva de mi cuello.
― Ya veo, ¿quieres que vaya más despacio?― Susurró aún con su pecho subiendo y bajando rápidamente contra el mío, el seguía excitado, pero dejó de follarme solo ahora preocuparse por mí. Eso me conmovió de sobremanera.
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Forbidden wish [+18 Sae Itoshi x fem! reader x Rin Itoshi]
Fanfiction¿Qué pasaría si, repentinamente, te mudaras con dos chicos extremadamente sexys, pero a la vez, extremadamente fríos? Y, ¿qué crees que pasaría si ellos te quisieran hacer suya una y otra vez, pero sin darte explicaciones del por qué? TN piensa qu...