Forbidden wish [+18 Sae Itoshi x fem! reader x Rin Itoshi]

Capítulo 21

"Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas."

[...]

Nueve horas antes

No me lo podía creer.

¡Rin no me había rechazado!

Es más: ¡me había besado! ¡E incluso había aceptado mis chocolates! ¡Solamente los míos; los de nadie más!

― TN, ¡pánfila! Despierta, anda― Dijo Yuri intentando sacarme de mis pensamientos dándome ligeros golpecitos en la mejilla―. Ya sé que estás contenta porque don Pestañitas Junior no te rechazó, pero no es plan para que estés así.

― Ay, déjame― Murmuré apartando la mirada y haciendo puchero―. Tú calla, que a ti Yosuke te rechazó.

Ella frunció el ceño.

― ¡Cierra el pico! No me lo recuerdes, que me voy a poner a llorar...

― Vale, vale, Yuri, no te pongas así, que era broma.

La escudriñé con la mirada intentando descubrir si ella se había relajado, pero seguía de morros porque su crush la rechazó. Entonces se me ocurrió una idea para distraerla.

― ¿Sabes qué? ¡Lo mejor es dar una fiesta! Así, a lo mejor conoces a un chico guapo y--

― ¡Es verdad!― La mirada morada de mi amiga se iluminó al instante― ¡La fiesta!

― ¿"La fiesta"? ¿Qué fiesta? ¿Qué has hecho ahora, Yuri?

― ¿Te acuerdas de Otoya Eita-kun?― Cuestionó ella mirándome, ya no había ni rastro de la tristeza que la estaba engullendo hasta hacía un momento.

― Sí, el futbolista mujeriego ese, ¿no?

― ¡Exacto!― Asintió― Verás; hemos quedado esta noche para hacer una gran fiesta de San Valentín, en la que tú estarás, por supuesto. Él ha invitado a los chicos de su equipo, que están todos muy buenos, y yo he invitado a mis amigas, y entre ellas estás tú, por supuestísimo. Y tienes que ir. Conmigo. Sí o sí.

― No, Yuri, no quiero fiestas--

― ¡No, no!― La fémina frunció el ceño y me observó con brazos en jarras― ¡No admito un "no" por respuesta!

― Ya, pero...

Me aterraba la idea de que los Itoshi me descubrieran y me castigaran por ir a una fiesta a la que ellos no me habían dejado ir. Pero no podía explicarle esas razones a Yuri ya que no quería que me viera como una sumisa ―que prácticamente es lo que era, soy y seré―.

― ¡Bah! ¡Tonterías!

Y pues ahí estaba.

En la enoooorme casa de mi mejor amiga, ya ella venía de una buena familia y por eso tenía un casoplón. Sus padres estaban de viaje de negocios esa noche, por lo que podíamos usar su casa sin problemas.

Pero el problema en esos momentos no era ese, si no que estaba sentada en la encimera de la cocina de Yuri, con un vaso de a saber qué mezcla de bebidas alcohólicas que había hecho alguien y se le ocurrió llamarlo "orgasmo". La verdad es que estaba muy dulce, y por ende, delicioso. No sabía quién lo había hecho, pero tenía todo mi respeto. Y tampoco sabía muy bien porqué me había subido arriba de la encimera, pero estaba cómoda, así que no iba a bajar.

Le di otro sorbo a mi bebida y disfruté de la sensación del alcohol bajándome por la garganta. Me fijé en que, en medio de la cocina abarrotada de estudiantes medio borrachos, se acercó a mí cierto chico moreno de cabellos amarillos y miraba rosa. Me sonaba haberlo visto antes, pero no sabría decir de dónde.