Capítulo 11: Panico

338 42 18
                                    

Kitsune temblaba mientras colocaba a Mikey en un mueble del templo con cuidado, ella nunca había manejado heridas de esta magnitud, no había visto tanta sangre salir de un individuo tan pequeño, ni siquiera sabía desde donde empezar.

— Vendas, alcohol, hilo, agujas...

Murmuraba tratando de calmarse mientras buscaba por todo el lugar los implementos para curarlo y Tetsujin la ayudaba en su búsqueda.

Ninguno se percató que Chizu había comenzado a atender a Mikey hasta que este comenzó a soltar lloriqueos de dolor, llamando a sus hermanos mayores entre estos.

— Leo, Rapha... Abril...duele...

Lloraba en un estado débil lo suficientemente delicado para no moverse mientras la gata cosia una herida gigante de su brazo.

— Tu...

Murmuró con enojo Kitsune mientras se acercaba con vendas en sus manos.

— Podrás enojarte conmigo cuando salgamos de esto...y no me pidas que me aparte de la tortuga, obviamente no sabes cómo tratarlo.

Contesto concentrada en su labor, pero Kitsune apretó su puño frustrada por su respuesta.

— Sabes que literalmente acabas de ayudar al enemigo al darles esa estúpida caja.

Reclamó y Chizu frunció el ceño con fuerza.

— Yo solo estoy ayudando a deshacernos de los Triceratops, realmente no me importa que pase con el clan Hamato, me importas tu, Usagi y Gen.

Contesto fríamente y por un momento la titiritera se enternecio por su respuesta hasta que supo lo que realmente quería decir.

— Eres una-

— Egoísta? Lo se Kitsune, y ustedes tres son unos idiotas de buen corazón, creen en la redención, en la confianza, en una segunda oportunidad, pero no todos la merecen, no todos son confiables, le extendieron la mano al clan Hamato sin siquiera conocerlos dispuestos a condenarse por ellos sin duda alguna.

Regaño mientras acababa de coser la herida de Mikey y cortaba el excedente de hilo con brusquedad ocasionando un chillido de la tortuga naranja.

— HEY TEN CUIDADO!

Grito de inmediato Kitsune acercándose a Mikey para consolarlo.

— Lo ves? Idiotas de buen corazón.

Murmuró comenzando con otra herida.

— Gracias a eso estás aquí con nosotros, por qué te perdonamos.

Recalcó la titiritera.

— Si no me hubiese encariñado...pude haberlos matado.

Exclamó ocasionando un silencio pesado en la habitación.

— Solo estás asustada...

Musito Tetsujin rompiendo ese silencio, acercándose a su pupila quien lo ignoró.

— Estás asustada de que te quiten lo único bueno que has tenido denuevo, que Usagi, Gen y Kitsune desaparezcan por ayudar a quien no deben...

Exclamó y la gata bajo las orejas forzandose a concentrarse en tan solo coser.

— Solo quieres protegerlos, pero lastimar a otros, darles la espalda a quien pide ayuda, realmente no ayudará en nada...solo te parecerás a Lady Fuwa en el proceso..

Chizu se quedó estática ante tal acusación.

(...)

Leo miro el vacío y su memoria trajo recuerdos a su mente de cuando tenía 15 años, cuando abrió ese infierno por primera vez, cuando perdió su hogar y la confianza de su familia...

•Confía En El Shinobi• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora