Capítulo V: Revelación

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Vegas mira con algo de pena el bulto en su cama, con todo su pesar le tuvo que dejar la verdad a Kim, tuvo que tener mucho cuidado por el bienestar de Kim y además si su padre se entera que o fue suave y considerado con Kim lo iba a regañar como si de un niño pequeño se tratara, además de que Macao también se sumaría al regaño.

Con pasos cuidadosos se acerca a la cama tratando de no asustar a su menor, con cuidado empieza a mover las mantas de la cama revelando poco a poco el rostro lloroso de Kim que al notar lo que hizo trató de recuperar las mantas para poder volver a cubrirse y no saber nada del mundo, Kim en estos momentos no necesita palabras de consuelo por lo que procede a entrar a cama y abrazarlo fuertemente.

Al principio Kim trató de resistirse, pero tras un poco de forcejeo se dejó abrazar permitiéndose un poco de consuelo, el pensamiento que persiste en su mente y que no se quiere retirar es que está cosechando lo que sembró de alguna manera.

Ninguno de los dos sabe cuánto tiempo ha transcurrido desde que se abrazaron, pero lo único que saben es que ya ha comenzado a oscurecer, la casa está en completo silencio, no se escucha ningún sonido provenir desde el pasillo ni desde el exterior. A estas alturas a Kim le arden los ojos y le duele la cabeza por haber estado llorando por mucho tiempo.

- ¿Tienes hambre bebé?

La voz de Vegas lo saca de sus atormentados pensamientos, un pequeño "no" sale desde sus labios haciendo que el mayor frunza su ceño en señal de que está disconforme con aquella respuesta.

-No importa, vas a tener que comer igual, aunque sea la mitad de un sándwich y un jugo, no voy a permitir que te quedes sin comer.

Kim no sabe de dónde vino eso, pero terminó haciendo un pequeño berrinche disconforme por lo que dijo Vegas, vegas frenó el impulso a último momento de darle una nalgada al menor, conteniéndose lo dejó ser un poco hasta que como pudo se sacó un pulpo de encima para salir al pasillo y pedir que le traigan la cena.

Luego de batallar con Kim para que comiera algo ambos se volvieron a acomodar en la cama del mayor sin decir palabra alguna, por un lado, vegas está tratando de darle su espacio a Kim para que trate de procesar la información y, por otro lado, Kim no deja de pensar en su familia, en la reacción que van a tener sus hermanos y padres al verlo, al verlo en lo que lo convirtieron.

- ¿Crees que les daré asco? - pregunta Kim con su voz distorsionada al estar con una de sus mejillas pegadas al pecho de Vegas.

-Lo dudo bebé, ellos lo único que quieren es volver a verte.

Curioso Kim levanta su mirada conectándola con la tranquila de Vegas, Vegas aprovechando la posición coloca un mechón de pelo detrás de la oreja de Kim permitiendo así ver ambos ojos que están inundados de preocupación e incertidumbre.

Después de intercambiar unas cuantas palabras más ambos se acomodan para dormir, Vegas se queda dormido después de Kim asegurándose de que el menor se haya quedado dormido mientras le deja leves caricias en su pelo, en el fondo Kim lo agradece porque poco a poco las caricias lo empezaron a adormecer. Para su buena suerte tuvo un sueño tranquilo como los que ha venido teniendo desde que llegó a esa casa.

Como ya se estaba haciendo costumbre, Vegas tuvo que batallar con Kim para que saliera de la cama, esta vez no fue porque el menor no se quisiera bañar, sino que es porque quiere evitar el encuentro con su padre y hermanos, lo dejar ser un poco antes de sacarlo cual costal de papas de la cama importándole poco y nada las quejas de Kim. Una vez que ambos se hayan duchado y vestido Vegas por poco tiene que arrastrar a Kim escaleras abajo para ir a desayunar.

-No quiero- dice Kim a mirad de las escaleras con voz temblorosa.

-Vamos bebé, todavía no llegan así que no tienes de que preocuparte, además voy a estar acompañándote.

- ¿No me vas a dejar solo? - pregunta Kim mirando a Vegas como ojos un poco llorosos y esperanzados.

-Por supuesto que no, a menos que tú lo quieras. Vamos, papá debe de estar impacientándose porque no bajamos a desayunar.

Sintiéndose un poco mejor Kim le da una leve sonrisa a Vegas antes de que ambos terminen de bajar las escaleras.

-Hasta que se dignan a bajar.

Es lo primero que escuchan una vez que entran al comedor, su padre junto a Macao ya los estaban esperando.

-Lo siento por la tardanza, resulta que alguien tenía complejo de acaro y no quería salir de la cama- terminando de decir eso Vegas se ganó una mirada de fingido enojo por parte de Kim.

Una vez que ambos se sentaron empezaron a hablar de cualquier cosa al azar tratando de distraer a Kim de sus preocupaciones, logrando de paso sacarle unas cuantas risas. Después de que terminaron de desayunar Vegas lleva a Kim al patio a caminar mientras hablan de cualquier cosa a la espera de que llegue la primera familia. Con el paso de los minutos Vegas ve a Kim cada vez más nervioso por lo que opta agarrarlo de una de sus manos mientras camina, el menor aprovechando el contacto empieza a balancear sus manos de adelante hacia atrás.

El nerviosismo de Kim volvió a aumentar cuando uno de los subordinados se les acercó a avisarles que la primera familia ha llegado, tardaron unos minutos en ingresar a la casa, una vez que entraron a la sala Kim se esconde detrás de Vegas solo viéndose unos ojos por sobre uno de los hombros ajenos mirar de forma curiosa a los tres hombres dentados ansiosamente en los sillones que no han dejado de mirar en la dirección en la que están parados.

- ¿Estás listo? - le pegunta Vegas en un susurro una vez que giró levemente su cabeza en su dirección obteniendo por respuesta un leve asentimiento.

Ambos ven como Kan se retira de la sala, esa es la señal, Vegas se hace a un lado despacio cuando ve que Kim no se va a mover le da un leve empujoncito para que avance, los tres hombres se levantan de sus asientos como si hubieran tenido resortes debajo de sus traseros, los tres se encuentran indecisos sobre si acercarse o no, toda preocupación se fue al ver al menor acercarse a ellos, al ver eso Vegas sale de la sala para darles privacidad.

Al girarse Vegas no se sorprende de ver a su padre mirando atentamente.

-Vamos hijo, hay cosas que hacer.

A la hora de almuerzo se encuentran todos sentados en la mesa conversando de cualquier cosa, para ninguno de los dos dueños de casa pasó desapercibido lo ojos rojos y llorosos de os otros cuatro, pero aparte de eso no hay nada fuera de lugar.

Daddy - VegasKim Donde viven las historias. Descúbrelo ahora