Trazos invisibles

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En un cuaderno acaricia las líneas, sueña y se deja llevar por su imaginación

«¿Se fijará en mí?»

Es cierto que Masaki es mayor apenas un par de años que mantenían en distancia su corazón, lo trataban como a un niño todo el tiempo, ellos, sus padres, sus maestros y hasta los empleados

Estaba desesperado por mostrarles que tenía la capacidad de ser más, mucho más pero ellos seguían dejándolo a un lado y haciendo que su hermano mayor se hiciera cargo de todo en su ausencia.

Los empleados lo trataban con respeto en cambio a él lo vigilaban y cuidaban, sus padres pedían su opinión mientras que a él apenas lo miraban

Probablemente no ayudaba para nada su comportamiento, pidiéndo constantemente ver a sus padres, metiéndose en problemas o bajo la sábana cuando no conseguía lo que quería, saltarse las clases que consideraba aburridas tampoco lo ponía en una buena posición.
Su falta de interés en los negocios de la familia o en socializar correctamente con gente que sus padres le insistían eran importantes.

Más recientemente su negativa a practicar piano.

Todo eso lo hacía poco digno de confianza, en cambio lo convertía en alguien a quien debían cuidar.
Sus padres le exigían lo mismo que le habían exigido a su hijo mayor pero a diferencia de este él no había podido cumplir con las expectativas

Solo había una cosa que Kunihiro todavía no había cumplido; casarse con la hija de algún millonario selecto para hacer más grandes las riquezas y los negocios.

Pero Kunihiro tenía apenas 20 años era por lo menos al punto de vista de Tetsuhiro demasiado joven para casarse, estaba seguro que se casaría pronto pues cada tanto salía a citas con las mujeres que sus padres le indicaban, seguro no tardaría en darles gusto en eso también.

Tetsuhiro no podía ni pensar en eso, no solo porque era muy joven para casarse sino sobre todo porque su deseo era casarse no con la hija de un prestigioso millonario, si no con el hijo de uno en especial.

Uno que era como él la decepción de su propia familia pero cuyo padre estaba demasiado ocupado en su dolor para realmente estar decepcionado, lo habría estado antes

Tetsuhiro sin embargo se sentía comprendido por ese chico.

Que decepción, casi podía escuchar las voces de sus padres dándole la espalda al enterarse de su amor.

Porque les estaba fallando otra vez, y ahora ni siquiera estaba eligiendo.

Masaki era como él un completo desastre con la diferencia de un padre sumido en su miseria como para notarlo, mientras Tetsuhiro estaba siendo reñido constantemente por su comportamiento Masaki no debía preocuparse por eso, tenía la libertad de hacer exactamente lo que ningún otro hijo de alguien tan importante tenía permitido hacer.

Había dejado la escuela desde que su madre murió, se la pasaba en la empresa de su padre pero no para trabajar si no para pedir dinero y juguetear con los empleados.

Y cuando no estaba ahí simplemente era desconocido su paradero, se decía que se la pasaba en fiestas pero ninguna donde las amistades de la familia pudieran verlo, nunca con gente que pudiera contar lo que vieron y lo más que sabía Tetsuhiro es que era bastante coqueto en las fiestas, eso lo escucho por su propio hermano una noche.

Los escucho discutiendo una noche que su hermano decidió acompañar a su amigo por primera vez, se escuchaba realmente molesto y Masaki demasiado ebrio no paraba de disculparse.
Tetsuhiro no podía verlos, intentó acercarse para saber más pero hizo más ruido del que debía y fue descubierto por su furioso hermano.

Lo abofeteó ante la intervención rápida de Masaki que intentaba calmarlo.

Tetsuhiro subió corriendo a su habitación viendo solo como Masaki sostenía a su hermano.
Masaki no estaba molesto, parecía comprender a Kunihiro y que la bofetada quería ser dirigida a él.

A la mañana siguiente su hermano no le dio alguna explicación ni mucho menos una disculpa.

Y no volvió a salir a fiestas con Masaki.

Masaki llegó borracho por la noche unas cuantas veces pero Kunihiro se encargaba y lo enviaba a su habitación.

Después fue cada vez menos frecuente verlo ebrio, hasta que dejó de mencionar fiestas, Tetsuhiro ya no sabía si seguía yendo.

¡Cuánto había deseado Tetsuhiro ir con él!
Cuántas noches se había desvelado esperando que tocará la puerta de su casa y se el primero en abrirle, pero cuando llegaba a la entrada ya estaba su hermano recibiéndolo.

Cuánto había deseado compartir con él su dolor y escucharlo, ser tan cercano por lo menos como lo es su hermano.

Pero aún cuando Kunihiro no lo estuviera alejando de Masaki, este último al igual que todos los demás lo trataba como a un niño.

Le despeinaba el cabello cada vez que lo veía como si de un niño se tratara y eso lo ponía furioso.
No era un niño y no quería ser tratado de esa forma por aquel al que con tantas ganas quería besar

Casi no le importaba que sus padres se interpusieran, él pelearía por su amor contra quién sea si Masaki le hiciera ver qué lo quería también.





Estaba escribiendo suavemente las líneas que formaban el nombre de su amor imposible cuando escucho la puerta ser tocada, corrió con fuerza dejando tirado aquel cuaderno con el nombre repetido al lado del suyo.

Bajo con aún más velocidad al no ver rastro de su hermano, por primera vez había llegado antes.

Abrió la puerta todavía agitado pero con la suficiente entereza para mirarlo a los ojos

"Y el mundo arderá cuando sepas que no volveré"


Que ojos eran claros, y su ropa desalineada, tenía la sonrisa más amable que hubiera visto y una mirada que guardaba un dolor que él no podía descifrar pero que le parecía hermosa.

También por primera vez no le despeinó el cabello al entrar.

Preguntó por su hermano con tranquilidad y tras obtener una respuesta y subir a su encuentro Tetsuhiro todavía se quedó con el corazón acelerado

¿Estaba loco por sentir que tenía una oportunidad?
¿Por pensar que finalmente su amor imposible lo empezaba a notar?

Misterio en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora