Sr. y Sra Morinaga

63 6 0
                                    


Eran ellos, probablemente unas de las personas con las que nunca había trabajado y que esperaba no hacerlo jamás si podía evitarlo, no podría.

El hecho de que estuviera ahí "desempleado" llegando a la oficina de dos las personas más poderosas del país y que se encontraban en la lista de las 30 personas más influyentes del mundo, además de sus reconocimientos por su sociedad como pareja que les había llevado a incrementar sus ingresos y los de todos sus accionistas y demás asociados.

Algo que muchos consideraban un riesgo innecesario o asegurar el fracaso ellos habían sido capaces de encontrar el secreto para mantener el negocio no solo a flote sino creciendo a pasos agigantados para el odio de sus competidores y otros millonarios.

Los señores eran los fundadores de una farmacéutica, investigaciones que habían dado con grandes descubrimientos y también muchos medicamentos innecesarios que se vendían en grandes cantidades, el negocio tuvo una alta y ganancias millonarias durante una de las peores etapas de la década a nivel mundial en cuanto a salud se refiere, por supuesto donde muchos pierden siempre habrá quien gane, ganaron los Morinaga como muchos otros perdieron.

Del sufrimiento se puede sacar dicha, pero nunca se ha dicho que una persona experimente ambos sentimientos.

No todo fue la farmacéutica en un momento adecuado, hicieron inversiones que les permitieron crecer exponencialmente como empresa.

Ahora todos conocían la marca, porque estaba asociada con 50 más, estaba todavía centrada en la salud pero poca gente tenía la certeza de a que se dedicaba exactamente, investigaciones continuas era lo que respondería la mayoría.

Morinaga Masahiro, hombre serio y una mirada profunda, era también bastante alto y era obvio que había descuidado su figura, en su cabeza ya se veían varias canas, ahora vestía un elegante traje negro con corbata azul, zapatos bien lustrados. Tan solo su traje valía lo suficiente para darle de comer a una familia de diez. No era sensato, era una característica que compartía con su esposa, era áspero y seco.

Masahiro era como todo jefe una persona egoísta y desinteresada que te veía a los ojos solo para callarte sin decir una palabra, un hombre siempre pulcro pero increíblemente déspota y grosero que sentía que todas las personas existían solo para mirarlo al pasar, por supuesto dada su posición era cierto que había personas que solo existían para eso dentro de su círculo social.

Se encontraba enormemente orgulloso no solo de lo que tenía sino de que era, no había persona que se impusiera más que él, salvo por su propia esposa en lo que se encontraban en mismas condiciones.

Morinaga Sakae, su nombre significa prosperidad y su esposo estaba seguro de que era la razón de su riqueza, la trataba como un amuleto precioso y Sakae era la reina del mundo ante sus ojos. Ella había perdido su identidad, su historia era desconocida para todos aunque su nombre los hacía temblar o admirar. Nadie sabía su verdadero apellido, de quien era hija y de donde había salido pero se murmuraba que era una muchacha pobre que había encantado a un joven Masahiro que contra las quejas de sus padres la hizo su esposa.

Como sea Sakae se había hecho de un nombre, era una Morinaga su vida pasada poco le importaba.

Ella llevaba un hermoso vestido azul con tonos en gris, zapatillas no tan altas y aretes de diamantes que hacían juego con su collar y sus anillos, un maquillaje impecable y cuando Souichi entro ella estaba tranquilamente bebiendo de su copa favorita.

Era hermosa sí, pero sobre todo intimidante, ella no toleraba a los demás aunque lo disimulaba muy bien con sus socios o aquellos a los que consideraba piezas importantes, no tenía el mismo gesto con quienes consideraba menos que ella.

Misterio en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora