𝙻𝚊 𝚟𝚎𝚛𝚍𝚊𝚍

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— ¡NOMANCHES!. —
— ¿Que, qué pasa?. — Dijo leyendo un tríptico.
— ¿Acaso no son. . . ¡4 TOWN!?. — Gritó.
— ¡¿QUEEEE?!. — Aventó el tríptico.

Narrador:

Por supuesto, las desconocidas se referían al cuadro colgado en una sección del templo, el cual mostraba la familia y amigos de Mei Mei tomándose una foto con la agrupación más conocida en el mundo.

— ¡¿Cómo es eso posible?!. . . — Cuestionó una desconocida.
— ¡Si!, ¡Nadie conoce a estas personas!, Quiero decir. . . Debes ser SUPER famoso para poder hablar siquiera con ellos. . — Respondió a la otra desconocida.

Ambas personitas irrelevantes para la historia y mejor conocidas como “NPC's” discutieron sobre la posibilidad de algún día poder tomarse una foto con sus amores platónicos, mientras tanto, los dueños del templo hacían su trabajo como todos los días, Ming atendió a la gente que otorgaba  las propinas antes de cerrar las visitas para la hora de la comida, mientras que Jin se apuró a barrer el suelo del patio principal, muy polvoroso por todo el movimiento que hay sobre éste en el día.

— ¡Muchas gracias por visitarnos!, No olviden que todo este dinero es donado a una caridad, así que están apoyando a mucha gente en condiciones de calle. . — Dijo Ming al público que se iba del templo.

La gente se fue yendo y con esto, el templo quedó vacío después de un rato, claro que había una que otra persona de confianza o conocidas de la familia Lee, los cuales pasaban el rato en el templo, cosa que no molestaba, al contrario, le daba vida y movimiento todo el día al templo.

— Uff. . — Jin se limpió el sudor de la frente. — Por fin terminé de barrer. — Dijo, dirigiéndose a su esposa.
Ming suspiró. — También yo. . —
— Aún falta toda la tarde, pero por ahora supongo que es hora de descansar. — Dijo Jin.
— Eso suena bien. . Pero tenemos una cosa pendiente. — Informó Ming.
— Mmmh- mmh . . Con Mei Mei. — Mencionó Jin con seriedad.
— Ya es tarde, debería haber llegado ya. . Se va a oscurecer, y le dará hambre, y. . — Ming. . Sabes que le diste libertad, hay que confiar en ella, debe estar en camino ya. . — Dijo Jin, interrumpiendo a su esposa.
— Si, le dí la libertad de no llegar a una hora fija, pero cuando estamos hablando de que nos acaba de mentir. . No creo que debería darle ese lujo. — Alegó Ming.
— Debes tener paciencia con ella, aún no sabemos porqué hizo eso. — Mencionó Jin con una mano sobre el hombro de su esposa.
— Uff. . Tienes razón Jin. . Es solo que, no quiero que nuestra hija tome malos caminos. . — Dijo Ming, algo nerviosa.
— No lo hará, estoy seguro de eso. — Trató de relajar a Ming.

La pareja fue interrumpida por el sonido de la puerta principal del templo, la cual estaba abierta, pero aún así alguien la había golpeado levemente para llamar la atención de ambos dueños, era Mei Mei.

Red: Amor Rojo Prohibido (Remasterizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora