Love will tell us where to go

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La primera cita

Ahí estaba Adrián, era un chico mucho más alto que yo, con la piel más morena, la cara definida, ojos marrones, pelo negro y cortito. Llevaba unos pantalones vaqueros que le quedaban holgados, unas zapatillas grises muy bonitas, un abrigo negro que le abultaba mucho y debajo una sudadera blanca. Me esperaba con una sonrisa preciosa y nada más verme se puso muy rojo. El pobre parecía un tomate, pero era la cosa mas tierna y bonita que veía desde hace mucho. Yo estaba muy nervioso y no sé como se me vería desde fuera pero si sé que sentí una vergüenza enorme y que al principio no era capaz de mantenerle la mirada. 

- Hola adri jajajaja - reí nervioso.

- Hola... que mal por dios, que nervios - dijo riendo.

- Eres super alto tio, no te hacía así - mientras le miraba de arriba a abajo.

Él se tapó la cara y rápido llegó el tren. En el trayecto hasta que llegamos a Vicálvaro me contó como le habían ido las clases y que el exámen de matemáticas que hizo le había salido bastante bien. Yo le seguía la conversación mirándole por el cristal de en frente viendo como él me miraba.  

- Oye, al final va a ser verdad que no eres capaz de mirarme - me dijo intrigado.

- Es que ya te lo dije, me da mucha vergüenza, me pareces un chico muy guapo - dije tímido. 

- Jajajaja pues menuda cita si no nos vamos a mirar - dijo sonriendo. 

Entonces le miré, no fuimos capaces de mantener la vista ni 5 segundos y nos empezamos a reir.

- Qué ridículos por dios adri jajajaja - dije.

El metro llegó a su destino y nos bajamos. No conocíamos el barrio así que miramos en google maps para dónde ir. Descubrimos que a 5 minutos había un parque y decidimos ir para allá para sentarnos en un banco tranquilos a hablar. Hacía muy buen día, se estaba muy agradable en la calle así que no había problema de estar fuera. En el camino Adri iba un poco más adelantado que yo. Los dos íbamos en silencio, el miraba el mapa y yo le seguía. Era un silencio cómodo, a mi nunca me ha gustado estar en silencio pero con él las cosas estaban siendo diferentes. 

Cuando llegamos, un parque enorme se abría ante nosotros. Había una zona de columpios, un lago con patos, otro lago en otra parte sin más, estatuas, mucho verde, un campo de fútbol, una pista para patinar, y un sitio más alejado donde nos sentamos para estar tranquilos.

- Venga Jorge, no podemos estar así todo el rato con todo lo que llevamos hablando - me dijo tomando la iniciativa.

- Es verdad, a ver si ahora te vas a aburrir y todo conmigo y ya no vas a querer volver a verme nunca más - dije riendo.

- No creo que eso pase la verdad - sonrió echando un vistazo a su alrededor - así que aquí es donde vas a despedazarme y convertirme en comida para patos - dijo levantando una ceja.

- Exacto, estoy esperando el momento justo para sacar unas cerves y emborracharte así no te enterarás de nada - sonreí. 

- Bua, eso si que ha dado miedo - dijo riendo. 

- Bueno pero, ¿te gusta? - pregunté.

- Si si, es un sitio bonito y esta parte así más reservada es agradable - me sonrió.

Todo lo que no te pude decirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora