Can you feel the love tonight?

15 3 0
                                    


La primera vez

La Semana Santa pasó y me reencontré con Adrián. Tenía muchas ganas de verle y contarle todo lo que había pasado en las vacaciones. Tenía ganas de abrazarle y besarle como si hubieran pasado miles de años cuando en realidad no llevábamos ni 15 días sin vernos. Realmente estaba muy pero que muy pillado.

- Hola bonito - dije sonriendo.

- Hola mi chico - dijo devolviéndome la sonrisa.

- ¿Me has echado mucho de menos? - pregunté riendo.

- ¿Quieres que te mienta o que te diga la verdad? - me contestó.

Estuvimos en nuestro banco hablando de todo, Adri me contó cómo le fue en esos días. Que había quedado con su mejor amiga, que otro día se fue con su familia, que había estado estudiando y haciendo deberes, vamos, que había estado ocupado. 

- ¿Cómo que te hiciste Instagram? - pregunté.

- Anda, porque me apetecía volverme un chico moderno - dijo riendo.

- Ahora vas a volverte popular - contesté riendo.

- Jorge, tengo 10 seguidores - me dijo.

- ¿Y? Por algo se empieza hombre, hay que tener fe - dije. 

- Que no, que no, que solo me lo he hecho para poder mirar tus fotos o el contenido que subas - dijo.

- Pero Adri, que vergüenza... - dije tapándome la cara.

- ¿Por qué? A mí me parece que subes cosas guays, además me distrae si me siento solo o lo que sea - me dijo.

- Bueno, entonces, encantado de ser tu distracción - dije acercándome para darle un beso.

Empezamos a darnos muchos besos. Los besos de Adrián realmente me gustaban mucho, eran besos que duraban y de los que nunca me cansaba. Siempre me dejaba con ganas de más. A veces cuando volvía a casa me dolían los labios de haber estado besándole tanto. Siempre que empezábamos no podíamos parar, entre conversaciones había muchos besos y por lo tanto, hablar de un tema nos podía durar más de una hora muchas veces hasta que retomábamos la conversación. 

Cada vez los besos iban a más y se nos notaba que empezó a despertar en nosotros un apetito sexual propio de las parejas. Yo nunca había pensado en acostarme con nadie, a él todavía no quería verlo así porque pensaba que después del sexo en una pareja no podía venir nada más. Podíamos vivir muchas experiencias pero para nada quería que el sexo fuera lo primero en nuestra relación por si perdíamos la ilusión o lo que fuera. A parte de que era nuestra primera vez y no quería que fuera en un parque. 

Nos encantaba sobarnos en público hasta que un día no aguantamos más y empezamos a juguetear con meternos la mano por debajo de los calzoncillos. Le dije a Adrián que si pensaba que era el momento podíamos buscar un sitio decente para nuestra primera vez. Él estuvo de acuerdo y empezamos a buscar hoteles ya que nuestras casa no se podían, no teníamos coche y definitivamente no íbamos a estrenarnos en un parque. Adri encontró una aplicación donde se podían reservar hoteles por horas y así fue. El puente de Mayo reservamos una habitación en un hotel de Rivas y ocurrió. 

Tampoco te voy a dar muchos detalles pues este libro no va sobre sexo sólo te diré que la primera vez, como todas las primeras veces, fue un desastre. No sabíamos posicionarnos, estábamos muy nerviosos, nos hicimos daño por brutos y no nos gustó mucho. Aún así, la segunda vez fue mucho mejor. Estuvimos toda la tarde en la habitación del hotel sin ropa así que probamos en todos los sitios de la habitación, en la bañera, en la cama, en el suelo, en el sillón. La verdad que cada vez se nos daba mejor.

Después de ese día vinieron muchos más y ese hotel se empezó a convertir un poco en nuestro pequeño espacio seguro donde podíamos hacerlo sin problemas y sin vergüenza ya que el resto de veces fueron geniales. A mi Adrián me gustaba de todas las maneras, con o sin ropa, con el pelo mojado o seco, cuando se ponía rojo porque algo le daba vergüenza o gemía porque le daba placer. Habían pasado 2 meses y estaba cada vez más enamorado de él.

Todo lo que no te pude decirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora