Todo lo que no te pude decir

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Llegó el momento de decirte la verdad

Se acercaba San Isidro y yo nunca había ido con mis amigas a la pradera, había ido con mi familia y siempre me lo había pasado bien, pero tenía ganas de ir con mis amigas a mi bola. Carol propuso que fuéramos todo el grupo y evidentemente todos accedimos. Entonces, pensé que sería buena oportunidad para que conocieran a Adrián.

- Oye...¿y si se lo digo a Adri? - pregunté.

- Pues...la verdad que no es mala idea - dijo Isa sonriendo.

- ¡Claro! por mí genial, que venga - dijo Carla.

- ¡Si! está invitadisimo - contestó Carol.

Y así fue, invité a Adri a venirse con nosotros y él aceptó. Dijo que le apetecía conocer a mi entorno del que tanto hablaba siempre y que así también lograba conocerme un poco más. La verdad que a mi me hacía mucha ilusión porque se iban a conocer todas mis amigas y mi novio. Era algo que realmente me apetecía mucho, siempre me había gustado la idea de que mi pareja formara parte de mi grupo y parecía que se iba a cumplir.

Llegó el día y Adri y yo habíamos quedado antes para ir juntos porque él no sabía ir en metro. Había aprendido el camino hasta Vicálvaro pero no sabía ir más allá de ahí. Cuando llegamos, Adri estaba muy nervioso, me dijo que no se le daba bien conocer a gente pero mira, a mí me encandiló a la primera. Carol, Ariadna, Claudia y Carla ya estaban, nos esperaban a nosotros y a María. Isa al final no pudo venir porque, como bien sabéis San Isidro cayó en Sábado y ya sabemos que eran sagrados. 

Todos conocieron a Adri y tanto Ariadna como Carol empezaron a avasallarle a preguntas, qué estudiaba, dónde lo hacía, su edad, cómo se sentía conmigo, si estaba contento, etc. Adri al principio se sintió un poco intimidado pero Ari rápido hizo que la situación se volviera cómoda así que dejó de estar pendiente de mí para irse al lado de ella y seguir hablando. Yo me quedé mucho más tranquilo, no quería que él se sintiera presionado o incómodo por la situación, al fin y al cabo que dos personas empiecen a preguntarte tu vida de sopetón no era la mejor opción de hacer amigos. 

Pasamos todo el día juntos haciendo bromas entre todos, sentados, bebiendo, escuchando la música que había, viendo el ambiente, rodeados de gente vestida de chulapas y chulapos, recorriendo los puestos de comida y riendo. A Adri le dan miedo las atracciones así que en lo que el resto se subió en alguna, yo me quedé con él.

- ¿Te lo estás pasando bien? - pregunté mientras le abrazaba.

- Si, claro, tus amigas son muy divertidas - dijo correspondiéndome el abrazo. 

- Ahora cuando nos vayamos si quieres podemos ir a Sol y cenamos juntos para terminar el día - propuse.

- Por supuesto - me dijo sonriendo.

Y así fue, después de que la tarde pasara y nos despidieramos de todas, nos fuimos a cenar a Sol. Yo quería hablar con él porque sentía que no podía aguantar más a decirle cómo me sentía. Llevábamos poco tiempo pero estaba siendo todo tan bonito, intenso, nuevo y diferente que no podía esperar más. Adri siempre me había contado cómo se sentía él en cuanto a nuestra relación pero es verdad que yo había sido más frío en ese tema. 

Llegamos a un sitio que a él le gustaba mucho para cenar y una vez cogimos sitio empezamos a cenar. Estuvimos hablando de cómo había sido el día, él me dijo que le habían encantado mis amigas, sobre todo Carol y Ariadna que fueron las que más estuvieron con él. Yo aprovechaba esos momentos para estar con Carla, Claudia y María a mi bola sin tener que preocuparme y así también disfrutaba al 100% de la pradera. 

- Oye, creo que es momento de que te diga algo - dije.

- Pero...¿es malo? - preguntó preocupado.

- ¿Qué? no no, es sólo que siento que tengo que decírtelo - dije sonriendo.

- Vale...pues...adelante, soy todo oídos - dijo sin cambiar el semblante.

- Vale...a ver, sé que llevamos simplemente dos meses saliendo, en realidad es poco, poquísimo, pero siento que esto tiene un futuro increíble y nada, quería decirte que te quiero mucho Adri, que voy a estar para ti en todo lo que necesites, que esto es nuevo para los dos y que debemos construir un camino juntos. Sé que será difícil y que a veces querremos tirar la toalla como pasa en todas las parejas pero espero que seamos fuertes juntos y superemos todo - dije nervioso.

- Sé que soy más frío que tú en estos temas y tú siempre me estás diciendo cómo te sientes en la relación, no quiero que pienses que yo no me siento igual que tú, me encanta cuando hablas de lo enamorado que estás de nuestra propia pareja, cuando me dejas mensajes bonitos porque te apetece decirmelos, cuando me buscas canciones que te recuerdan a mí y me las mandas de repente, saber que siempre estás atento y que pones de tu parte para salir adelante con todo. Me gusta ver que crecemos juntos y que estamos el uno para el otro porque cuando me siento solo, sé que tú estás ahí. Y nada...que gracias no sólo por aparecer así de repente en mi vida sino también por cambiarmela - añadí tapándome un poco la cara sabiendo que me estaba poniendo rojo.

- Ay...jo Jorge...te quiero mucho, muchísimas gracias por todo lo que has dicho, realmente sí necesitaba escucharlo, a veces pensaba que no estaba siendo suficiente y no sabía por qué - dijo agachando la cabeza - Pero después de ésto puedo ver que no es así. Claro que quiero caminar de tu mano y por supuesto que habrá veces que será difícil pero de verdad que quiero luchar por lo nuestro porque realmente merece la pena - me miró sonriendo y alargando la mano para coger la mía.

Fue un momento tan bonito como intenso. Yo por fin me estaba soltando con él y él veía que llegaban cosas que necesitaba por lo que todo empezó a fluir todavía más. Pasamos el resto de la cena hablando sobre diferentes cosas y a la vuelta en metro Adri no me soltaba la mano, cada vez que me miraba sonreía y a mí eso me daba el mundo. Sabía que estábamos yendo por el buen camino y que estábamos siendo felices de verdad. Sólo esperaba que ese día durara para siempre.