C U A T R O

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A G U A S S A L A D A S.

E M M A.

Abro los ojos lentamente y la luz me hace volverlos a cerrar al instante. Intento tapar la luz con mi mano para que no me moleste y miro a todos lados tratando de ver en donde estoy. Sigo en el auto, pero estoy sola.

Levantó la cabeza y puedo ver a Darek y Nate hablando con dos chicas más, «una señora y una chica como de mi edad» Ambas son muy bonitas, pero la pelirroja es preciosa.

La rubia parece un poco molesta mientras habla con Darek, mientras que los otros dos se ven más tranquilos. No parecen discutir, pero algo me dice que la rubia está disgustada por algo.

Bajo del auto y los reparo mejor. La rubia fija los ojos en mi al igual que la pelirroja. El ahora no desconocido me mira y luego regresa la vista a los demás. Hace una señal que no logro comprender y todos entran, menos el.

Se comienza a acercar a mi y doy un paso hacia el para acortar más rápido la distancia.

—Entra —me dice.

—¿Aquí nos vamos a quedar? —reparo la cabaña que está a su espalda. Puedo ver la playa y es hermosa.

—Si, aquí nos vamos a quedar —me jala del brazo.

—¡Oye, no tienes que ser tan brusco, me lastimas! —me quejo y logro zafarme de su agarre.

Antes que pueda decir algo corro al auto y busco a Sandy, nisiquiera me me acordaba de haberlo traído conmigo por el puto dolor de cabeza que aún me sigue atormentando. Saco a mi gato y este esta profundamente dormido.

Darek se comienza a acercar a mi y corro hacia la entrada de la cabaña, «prefiero mantener distancia». Entro y me encuentro a la pelirroja que sonríe ampliamente en la cocina, mientras que la rubia me mira un poco mal.

—Joder, eres demasiado bonita —me dice la pelirroja.

—Gracias —hago el atisbo de una sonrisa—. También eres hermosa.

—¿Eso es un gato? —se acerca a Sandy emocionada— ¿Puedo cargarlo?

Asiento y se lo doy. Sandy se despierta en cuanto toca sus brazos y comienza a ronronear. Ella le da caricias y el se mueve feliz.

—Es precioso —me mira.

—Olvide presentarme, soy Emma —le extiendo la mano a la rubia—. Emma Myers.

—Linda King —me devuelve el saludo.

Medio sonrió y apartó la mano. Miró a la pelirroja y ella me extiende la mano felizmente.

—Cassie King —le recibo la mano.

Alguien me jala del brazo y no tengo que ser adivina para saber quién es. Me obliga a caminar hasta que llegamos a una habitación y abre la puerta.

—¿Tienes que ser tan hijo de puta? —espeto.

—Si.

—No, no tines que serlo —me alejo de el—. No seas un idiota.

—¿Y qué si lo soy?

Suspiro profundamente.

—¿Para que me traes aquí?

—Es tu habitación —me avienta la mochila y logro atraparla—. Has lo que quieras.

—Quisiera irme, ¿Puedo hacerlo? —sonrió falsamente.

Voltea los ojos y cierra la puerta con fuerza. «No soportare estar aquí todo el fin de semana» así que justo por eso voy a irme.

Me tiro a la cama y me quedo pensando sobre todo. Todo me da vueltas y provoca un fuerte dolor de cabeza de la nada. Me llevo ambas manos a la cabeza como si eso lo fuera a calmar, pero ovbiamente no lo hace.

Bajo Un Eclipse Lunar #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora